ANALITYCS

martes, 10 de marzo de 2009

CÓMO CONTROLAR LAS CONDUCTAS DISRUPTIVAS


Es frecuente escuchar quejarse a algunos padres de que no pueden con sus hijos y de que éstos montan muchas pataletas que no saben cómo controlar.
Normalmente entramos a argumentar con los niños cuando éstos están enfadados y la mayoría de las veces no nos escuchan, lo que provoca que, en una escalada cada vez mayor, los gritos, chillidos y enfados acaben por destrozar los nervios y hacer que la situación se convierta en un caos.
Pero es importante, para controlar estas conductas disruptivas, actuar con calma, porque solamente así y con un plan de acción previamente establecido entre los padres, se pueden reconducir estos momentos que tanta ansiedad nos provocan.
Para ello es conveniente no olvidar:

1. Recuerde que una cosa es la conducta, y otra cosa muy diferente lo que el niño es.
La coducta se corrige; al niño se le acepta incondicionalmente.

2. La indiferencia es un estrategia poderosisima que tenemos: hacer como que "no vemos", normalmente hace que la conducta negativa se extinga.

3. Si la conducta que está llevando a cabo el niño no se puede obviar o puede resultar peligrosa, es importante, con una explicacion concisa y clara, decirle por qué no puede hacer eso e, inmediatamente, decirle qué conducta esperamos de él, dándole así la oportunidad de que sustituya una por otra.

4. Si la pataleta es muy fuerte, el "tiempo fuera" es una buena estrategia, trasladando al niño a otro sitio, habitación o entorno, lo que nunca quiere decir encerrarle, ni mandarle al cuarto oscuro.

5.No intente argumentar y explicar cuando el niño se encuentre muy enfadado: no le va a escuchar. Cuando se haya calmado, entonces sí, pero recuerde : hay que ser conciso y claro.
Los discursos son aburridos y el niño, sobre todo si es pequeño, a los pocos minutos ya ha "desconectado " de lo que usted dice.
Recuerde tambien que, aunque no podemos argumentar , si podemos actuar.

6.Valore siempre como se merece cualquier conducta positiva que el niño intente: por pequeña que ésta sea. Esté muy atento, porque reforzar de manera positiva produce un doble efecto: primero, serena el ambiente, los animos; y, en segundo lugar, le da al niño la oportunidad de hacer algo bien.

A veces hay que comenzar con pequeñas conductas, nimias, para empezar a reforzar y lograr un mayor cambio conductual.



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