ANALITYCS

jueves, 1 de octubre de 2009

CULPA Y RESPONSABILIDAD


Un de los sentimientos que más nos paralizan, y nos causan malestar, son los sentimientos de culpa.

Generalmente, cuando nos sentimos culpables rumiamos una y otra vez aquello que hemos hecho mal, quedándonos en esos pensamientos tan invalidantes e impidiéndonos así poder avanzar.

El concepto de culpa hunde sus raices en la religion judeocristiana y está muy arraigado en nuestra cultura. Parece además, que si no nos sentimos culpables por los errores que cometemos, no vamos a ser capaces de aprender y mejorar como personas.

Pero en realidad, desde un punto de vista psicológico, nada hay tan incapacitante como sentirse culpable.

La culpabilidad es amiga de la inacción, de la apatía y de generar un sufrimiento circular: cuanto más culpable me siento, menos activo y reflexivo. Al estar menos activo y reflexivo, alimento la culpa, quedándonos paralizados en ese círculo vicioso tan negativo.

Asumir la responsabilidad de lo que hacemos es algo que debemos aprender e ir ejercitando desde pequeños. Los buenos padres son aquéllos que educan a sus hijos en la responsabilidad y no en la culpa.

Ser responsables conlleva sentirnos dueños de nuestra vida, generando mentalmente un proceso dinámico interior de reflexión, análisis de causas y consecuencias de nuestros actos, es decir, de aprendizaje.

Sujetos responsables son los que necesita nuestra sociedad. Nuestros hijos, en función de cada edad, deben empezar a aprender que la responsabilidad genera bienestar, así como supone siempre aprender con seguridad, pero eliminando el malestar psicológico que provoca la culpa.

Por ello, tanto si tiene hijos pequeños como para usted mismo, ejercite mentalmente la responsabilidad, pero no se culpe. La culpa impide la reflexión y avanzar, y produce mentalmente un estancamiento, que conduce, en la gran mayoría de las veces, a la depresión.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...