Nos quedan pocos días para terminar el año.
Les propongo que hagamos balance del mismo con optimismo y nos propongamos encarar el año que viene con ese mismo optimismo realista, que tantos beneficios causa, tanto a nuestro cuerpo como a nuestra mente.
Y así...
*Haga balance de todo lo que ha hecho en este año 2009 que vamos a dejar. Pero sea objetivo. Piense en los errores que ha cometido, en las cosas que debe mejorar, pero también en todas aquellas situaciones a las que se ha enfrentado, en las que ha superado sus miedos y ha sido capaz de dar un paso adelante.
*Recuerde sus "meteduras" de pata, pero saque el aprendizaje de ellas, no se mortifique culpándose. Así no se avanza, se paraliza. Evalúe en qué falló y saque las conclusiones para que, la próxima vez, tenga éxito.
*Recuerde no postergar. Las cosas hay que enfrentarlas, cuanto antes mejor, sobre todo aquellas que nos producen miedo. No deje que el miedo se extienda en su mente. Ante aquello que le cause temor: ¡A por ello!
Es la mejor receta para superarlo y fortalecerse interiormente.
*Repase y valore todas sus cualidades, sus aptitudes. No le dé vergüenza. Esto no tiene nada que ver con la pedantería: de la misma manera que reconoce sus errores y está dispuesto a aprender de ellos, valore también sus aciertos y cualidades: reconózcaselos.
*Tome distancia cuando las cosas se tuercen; no entre en pánico. Es verdad que hay cosas malas y las cosas malas suceden. Pero acostúmbrese que, ante ese imprevisto que le sobresalta, pare, tome distancia y piense con calma qué hacer. Reflexione.
*No se compare con nadie. La única comparación válida es consigo mismo, porque, a fin de cuentas, lo más importante es llevar su vida, vivirla.
Es usted un ser humano único e irrepetible y por lo tanto, decida apoyarse y cuidarse.
*No sea perfeccionista; el perfeccionismo conduce generalmente a altos niveles de ansiedad. Querer hacer las cosas bien y ser ambicioso es muy sano, pero con niveles de exigencia realistas. De lo contrario, su vida se convertirá en una carrera contrarreloj cuya meta nunca alcanzará, porque no existe.
*Felicítese cada día por lo bien que le ha ido la jornada, por lo mucho que ha intentado vivirla bien: haciendo las cosas lo mejor posible. Y piense que mañana será otro día que vivirá plenamente, disfrutando de todo lo que le ofrece y, sobre todo, disfrutando de usted mismo.
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