Desde hace muchos años está comprobado científicamente lo importante que es reforzar de una forma positiva las conductas que nos parecen adecuadas, por ejemplo en los niños, como estrategia para hacer que éstas aumenten.
Sin embargo, esto que está tan claro para la comunidad cientíica todavía es mirado con recelo por algunos padres, directivos o profesionales que consideran que el refuerzo positivo (valorar una conducta bien hecha, ajustada a lo que se pide en ese momento) contribuirá a que las personas se relajen, a que no se motiven, a que baje la productividad o a que, en el caso de los niños, se desinteresen o se vuelvan comodones.
Nada mas lejos de la realidad; el refuerzo positivo es muy eficaz y además de incrementar conductas y de conseguir que éstas se conviertan en hábitos, proporciona sentimientos de bienestar.
Lo que ocurre es que tenemos un aprendizaje sociocultural basado en que todo debía hacerse con mucho esfuerzo porque, si no, era sospechoso de baja calidad; debíamos trabajar horas y horas, aunque luego la productividad siga siendo una de la mas bajas de toda Europa en nuestro país; debemos, en definitiva, sufrir para alcanzar los logros porque si no, no son tales logros.
Es importante acabar con la idea de que, lo que conseguimos con esfuerzo, pero a base de optimismo, es peor que lo conseguido con sufrimiento.
Las estadísticas nos demuestran que reforzar positivamente a los niños, al compañero de trabajo, a nuestra pareja... proporciona inmediatamente bienestar e incrementa el rendimiento, la motivación y el aumento de la conducta que reforzamos. Auto-reforzarse positivamente, produce siempre emociones positivas.
Si usted es de los que se fija siempre en lo negativo, de los que siempre dice algo desagradable en el trabajo, de los que anticipa problemas que no han llegado y puede que nunca lleguen: CAMBIE.
Empiece por tratar a su pareja y a sus hijos reforzando positivamente lo que han hecho bien: no es lo mismo decir, "seguro que mañana suspendes porque no has estudiado", que decir "te he visto estudiar y creo que eres responsables, ¿estas seguro que llevas bien preparado el examen?" o decir "no vamos a tener trabajo... esta crisis seguro que acaba con nosotros", que decir "las cosas están difíciles, tendremos que esforzarnos y pensar en otras salidas".
Oblíguese a ser positivo y a decir siempre algo positivo de lo que ocurre a su alrededor. Le aseguro que es un buenísimo ejercicio para sentirse mejor y para tener, por ejemplo, éxito social, dar seguridad al que tenemos cerca, no crear tensiones innecesarias.
Nadie quiere al jefe chillón que pierde los nervios y tiene a todos atemorizados.
Ya sé que exagero, pero todavía algunos funcionan así.
Trabajar el refuerzo positivo con los niños es muy eficaz y enseguida se ven los resultados, pero aplíqueselo a usted mismo y también a los adultos que le rodean. Recuerde que la felicidad se compone de diferentes pensamientos y actitudes y reforzar positivamente y auto-reforzarse positivamente, es una de las claves de la misma.