Cuando dramatizamos, es importante tener en cuenta que nuestros pensamientos actúan como una bola de nieve: ante un inconveniente, por pequeño que sea, enseguida empiezan a rodar hasta llegar a convertirse en algo tremendamente negativo, en algo que puede llegar a trastocarnos o enfadarnos muchísimo. Cuando nos serenamos, nos damos cuenta que tampoco tiene tanta importancia y que, en ocasiones, aun siendo objetivamente algo malo lo que nos ocurre, si en vez de dejarlo "rodar" hubiésemos cogido las riendas, analizado con calma, y resuelto qué hacer, nos hubiéramos evitado mucho malestar.
Por eso es importante tener siempre en mente varios principios que nos ayudan a enfrentar el día a día de la mejor manera:
1- La vida no es justa y es en ocasiones muy difícil.
2- La vida, y vivirla, es nuestro principal trabajo.
3- La vida no es una emergencia: calma y paciencia van unidas a esta idea, y vivirla así la hace más fácil.
4- No tengo que necesitar la aprobación de nadie para vivir feliz. Es agradable que alguien nos diga "muy bien", pero no es necesario para sentirme yo seguro y hacer lo que quiero.
5- ¿De verdad esto que me preocupa tanto ahora tendrá importancia dentro de un año? ...Este pensamiento ayuda a relativizar las cosas.
6- No te dejes llevar por los malos momentos y controla tus pensamientos en esos momentos; eso hará inmediatamente que te serenes y veas las cosas mejor y que, en consecuencia, actúes mejor.
7- Cometer errores, meter la pata y hacer las cosas imperfectas, no me hacen peor persona, sino, simplemente, más humano.
8- Ejercita tus pensamientos positivos diariamente, mira a tu alrededor, di cosas agradables... por dentro, tus emociones florecen y es como si un día soleado empezara todas las mañanas en tu mente, aunque esté nevando en el exterior.