El miedo que nos atenaza tiene muchos rostros. A pesar de que el miedo es una reacción sana de supervivencia, la mayoría de los miedos que nos acompañan a las personas son irracionales y, a veces, no derivados de una causa clara.
Esto mismo nos genera un gran malestar. Muchos de mis pacientes me dicen que se sienten además aislados y solos, y que experimentan una gran vergüenza si los demás supieran a qué tienen miedo: a salir a la calle, a aminar por un paseo, a montar en ascensor, a sentirse observados, a hacer el ridículo. Hay tantos fantasmas en nuestra mente que irracionalmente experimentamos un miedo profundo que nos impide sentirnos bien y, en ocasiones, llevar una vida normal.
Para aprender a poner el miedo en su lugar y que desaparezcan los fantasmas asociados a él, hay que ejercitarse, hacer trabajos prácticos física y mentalmente. Entre los más efectivos: enfrentarse al miedo progresiva y regularmente, enfrentando conductualmente lo que evitamos, además de cognitivamente, es decir, pensando en que realmente dichos miedos son irracionales y que desaparecen en cuanto nos enfrentamos a ellos, les plantamos cara y minimizamos las consecuencias que, en principio, prevemos como catastróficas y que nunca lo son.
Para luchar contra el miedo una de las cosas que primero debemos hacer es no tener vergüenza y no pensar que soy el único ser humano al que ocurre esto, porque nunca es así. Hay tantos miedos y tan irracionales como seres humanos en el mundo y podemos decir que cada uno tenemos “el nuestro”, nuestros particulares fantasmas que aparecen y nos asustan perdiendo la confianza en nosotros mismos y generándonos un gran malestar.
Pero no se preocupe, tiene solución y, además, muy efectiva: enfréntense, ármese mentalmente de pensamientos positivos y realistas, y enfrente físicamente aquello que le da miedo, poquito a poco, con perseverancia y sin que los síntomas físicos que a veces acompañan al miedo le asusten. Sobre todo, no se culpe y piense que de esta batalla saldrá fortalecido y no minimice los avances que va consiguiendo, por pequeños que sean.
