En la era de la información y los medios de comunicación en la que vivimos, no deja de ser angustioso que cada día nos levantemos con noticias tremendas acerca de los índices de paro, del cierre de empresas o sobre los “ere” que se producen… Todos comentamos que las cosas van mal, que hay que apretarse el cinturón, que todavía vamos a ir peor… De manera que se genera un ambiente pesimista y tristón, que, aun siendo real, no deja de ser exagerado también , porque, aunque efectivamente hay una crisis galopante y gente que pasa necesidades, también es verdad que no es algo nuevo, que otras crisis ha habido y hemos salido de ellas.
Les propongo que cuando se enfrenten a los nubarrones más negros, ejerciten su cabeza y acostumbren a su cerebro a pensar en positivo, es decir, con un optimismo vital que es de donde salen las buenas ideas, la solución a los problemas y la actitud de cambiar aquello que no nos gusta.
Nunca crea que el optimista es un tontorrón que no pisa la realidad y que no se entera de lo que realmente pasa. Todo lo contrario, el optimista es aquella persona que cree en sí mismo y en la posibilidad de cambios, quien que es capaz de, en las circunstancias más negras, encararlas con ánimo de resolverlas, para lo que es fundamental tener una actitud activa y positiva.
El optimista es aquel que, a pesar de las dificultades, sabe sacar lo bueno de la parte mala que enfrenta, permitiéndose de esa manera avanzar y crecer.
Además, siendo optimista es como se emprenden mejor las cosas y de donde salen nuevas ideas.
Por último, el optimista mejora sus defensas, no sólo psicológicas, sino también del sistema inmunológico, y vive más tiempo.
Recuerde que uno puede ser optimista porque ha nacido así, como ocurre con algunas personas que siempre ven la botella medio llena, pero que también el optimismo se aprende; solo debe dejarse llevar por él y acostumbrarse a pensar de una manera más realista, viendo oportunidades y posibilidades de cambio en cada momento de su vida, dejando que la vida fluya llevando usted el timón.