Imagínate que vas en el autobús en hora punta, como sardinas en lata, todos apretados. Oyes los gritos y conversaciones de la gente de alrededor y hace calor. De repente, alguien te da un fuerte empujón en la espalda. Inmediatamente y unos segundos antes de darte la vuelta para decirle algo a quien te ha empujado, la ira y el enfado se agarran a tus tripas y sientes un malestar e indignación terrible ¿Quién es el bruto que te ha dado semejante golpe? Tu irritación va creciendo por segundos… hasta que te das la vuelta y ves que quien te ha empujado lleva un bastón y un perro guía, comprendiendo tu mente al instante que es una persona con discapacidad visual. En ese mismo instante, tus pensamientos de ira y malestar se desvanecen, sintiendo compasión y pena por la persona que, sin querer, evidentemente, te ha empujado. Al oír la disculpa de el /ella, tu respuesta es amable, diciéndole que no tiene importancia, que no se preocupe.
Este claro ejemplo bien descrito en el excelente libro de Lucien Auger, psicoterapeuta canadiense “Vencer los miedos”, refleja con claridad meridiana como son nuestros pensamientos los que provocan nuestras emociones y hacen que estas cambien en segundos, de ser negativas y muy molestas, a esfumarse convirtiendo en neutras.
Deberíamos recordar, en nuestro beneficio, que son los pensamientos los que causan nuestras emociones, no los hechos en sí, porque los hechos, son hechos, pero depende de lo que pensemos sobre ellos, la emoción que sentiremos será más o menos ajustada, en el sentido de causarnos más o menos malestar.
Por lo tanto, no debemos confundir el hecho con la causa de nuestro malestar, sino atribuir a nuestros pensamientos acerca de ese hecho lo que realmente nos provoca malestar.
Evidentemente que hay hechos negativos, objetivamente hablando, pero pasarlos por el tamiz de nuestros pensamientos, hará que estos sean peores o resolubles, catastróficos o situaciones que tenemos que asumir proporcionándonos con nuestros pensamientos las estrategias necesarias para enfrentarlos y seguir adelante.