Para nuestro bienestar es importante saber que el trabajo forma parte de nuestra vida, pero no es la parte más importante de ella.
Es verdad que es muy satisfactorio realizar un trabajo que nos gusta y que nos satisface; pero no siempre es así y en ocasiones desempeñamos trabajos que, sin ser terribles, tampoco nos proporcionan mayor placer.
Por eso es importante dar al trabajo la importancia justa que tiene. Puede ser fuente de satisfacción, pero sin olvidar que fuera de él debemos encontrar satisfacción en múltiples áreas e intereses que debemos tener si queremos sentirnos bien.
Intereses y ocupaciones que nos ayudan a conservar nuestra personalidad, nuestra manera de ser, aunque tengamos que desarrollar trabajos tediosos o que no nos gustan.
Por eso es muy importante encontrar el adecuado equilibrio entre trabajar y encontrar fuera del trabajo los necesarios momentos de alegría, serenidad y distracción.
Reducir la vida a trabajar supone malgastarla, puesto que nuestra vida puede ser de una inmensa riqueza si además de trabajar desarrollamos actividades por el simple placer de hacerlas, como pasear, ver una buena película, leer, conversar o hacer deporte, cocinar, reír …y así la lista puede ser interminable. Tan larga como cada uno de nosotros esté dispuesto a prestarle la debida atención.
