Ahora que nos quedan pocos días para finalizar el año, les propongo un ejercicio. Redefinamos cuáles son los logros importantes que queremos en nuestra vida. ¿Queremos triunfar en el trabajo? ¿Queremos salir en los periódicos hablando de lo bien que va nuestro negocio? ¿Queremos trabajar y trabajar, haciendo de ello lo más importante y no teniendo tiempo para casi nada más?
¿Cuál es realmente el logro significativo de nuestra vida?
¿Qué legado dejaremos a nuestros hijos, si los tenemos, o qué recuerdo a nuestros familiares o amigos cuando ya dejemos de estar en este mundo?
¿Cuáles son nuestras prioridades?
Casi siempre hacemos hincapié en cosas o situaciones que suceden fuera de nosotros y, en cambio, insistimos poco en lo que sucede internamente, en cada uno de nosotros.
Revisemos nuestros objetivos y pensemos, por ejemplo, qué queremos dejar un legado de afecto hacia los nuestros; intentemos ser cada día más serenos y plácidos y propongámonos como objetivo, para el día a día, el no enfadarnos por pequeñeces, ni agobiarnos por cosas que no son para tanto.
Desdramaticemos.
Comportémonos en el día a día con calma y demos atención y buen trato a los demás. Preguntémonos todos los días, si lo que hemos hecho es de verdad lo que queremos realmente y si se corresponde con nuestros objetivos y, por lo tanto, con lo que de verdad importa.
No es hacer lo que a uno le da la gana, sino redefinir cada día nuestro camino para que éste sea de verdad el correcto, el que queremos seguir y que cuando abandonemos el mismo la estela de nuestros pasos haya sido la del bienestar para los que nos rodearon y para nosotros mismos.
Feliz Navidad
URTE BERRI ON