Todas las personas funcionamos con hábitos; es decir, realizamos conductas o estrategias de pensamientos que llegan a interiorizarse y a convertirse en arraigados hábitos que forman parte de nuestra personalidad, tanto que acabamos convirtiéndonos en aquello que estamos practicando.
Puede ser el hábito de levantarse temprano y por tanto ser madrugador, pero también otros hábitos no tan positivos como, por ejemplo, comer desordenadamente comidas poco saludables o estar tumbado en el sofá, inactivo o engancharse al ordenador dejando pasar los días…
Si al final nos convertimos en eso que más practicamos, deberíamos ser conscientes de esto y obligarnos a practicar actividades, físicas y mentales, que sean positivas para nosotros: por ejemplo, caminar o hacer ejercicio, comer saludablemente, dedicar un rato a meditar o a practicar pensamientos realistas ante las situaciones cotidianas, en vez de dramatizar…
Cuando hablo de esto a algunos de mis pacientes, en ocasiones me hablan de la dificultad de engancharse a este círculo positivo, cuando en realidad no exige más que eso: práctica. Es decir, repetir y repetir las conductas mental o físicamente, hasta que se conviertan en hábito.
Como con todas las cosas que empezamos a hacer hay que insistir, insistir e insistir porque, indudablemente, llega un momento en que ya forma parte de nuestra rutina y nos hemos acostumbrado, sin que nos cueste ningún esfuerzo, como quizás nos suponía al principio, cuando no estaba automatizado.
Por eso, plantéese, ¿está cultivando hábitos con los que consigue las metas que quiere alcanzar?; ¿escoge estar agobiado y estresado porque se le estropea el coche, tiene un revés en el trabajo o se encuentra un atasco al volver a casa, o entrena los pensamientos, ante esos inconvenientes diarios que todos tenemos, y practica la serenidad de pensamiento para resolver con calma el problema?
Recuerde que todo depende de usted. Cuanto más practique pensamientos serenos y conductas gratificantes, más conseguirá que se conviertan en hábitos mentales y conductuales positivos y dejará de costarle esfuerzo porque se habrán convertido en aquello que más ha practicado y serán parte de su personalidad.
