Conozco a una persona, paciente mía, que está enfadada con el mundo: se levanta por las mañanas ya con mal humor.
No da tiempo a que haya sucedido nada, pero, inmediatamente después de abrir los ojos, ella ya esta quejándose: empezando por las supuestas inclemencias meteorológicas (que si vaya día más malo, que si qué calor) pasando por el tema laboral (que si qué horror ir a trabajar…), al mismo tiempo que se angustia pensando en que igual se queda sin él… así, a lo largo de todo el día.
Acompaña esa actitud con expresiones verbales continuas de queja: “ ¿Qué tal estas? Bueno, pues mal porque “…y siempre hay algo de que quejarse, por nimio que sea.
Se martiriza porque se siente mal y no es capaz de encontrar ningún momento a lo largo del día que sea bueno, tranquilo, sereno…
Está enfadada con el mundo y como resultado de eso lo que obtiene es ¡Qué el mundo se enfada con ella! Pero ella cree que, en realidad, es que tiene muy mala suerte y se compara frecuentemente con tal o cual vecina o compañera de trabajo, sin darse cuenta de que la solución está realmente a su alcance y que no es otra que cambiar su actitud.
Si desde que comienza la mañana ya estamos quejándonos, es muy probable que llegue el final del día y sigamos con esa actitud. Actitud que hará muy probablemente que lo que tengamos que hacer a lo largo del día nos cueste más, porque nuestra actitud es tan derrotista y negativa que todo nos exigirá un gran esfuerzo y, además, cuando algo se “tuerza” dramatizaremos y corroboraremos que “ves, es que realmente tengo mala suerte”.
Olvidamos que nuestra vida es un reflejo de nuestras creencias y que si estamos convencidos de que hoy será un día nefasto, ¡lo será, sin ninguna duda!
Y esto no es magia ¡es la profecía autocumplida!, algo que científicamente está comprobado.
Hay que recordar que, si luchas contra la vida, ¡ella siempre gana!
Así que cambie su actitud, si quiere sentirse bien.
No se trata de caer en un falso positivismo, sino en asumir que somos nosotros los artífices de nuestro bienestar y que se trata de tener una actitud positiva y real ante nuestro día a día, porque esa es la única manera de ser feliz y de seguir adelante.
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