Podemos decir que un temor universal es el que tenemos las personas con respecto a nuestro futuro.
En general, anticipamos casi siempre situaciones negativas con respecto a ese futuro, aunque no tengamos ningún dato real, en la mayoría de los casos, para pensar así.
Como las personas queremos tener todo controlado, porque eso nos produce seguridad, el hecho de que no sepamos qué pasará dentro de unos días o meses nos genera cierta angustia y eso nos lleva a temer y anticipar mentalmente catástrofes o situaciones malas que pueden sucedernos, con la idea equivocada de que cuanto más anticipemos en negativo más nos prepararemos mentalmente para los supuestos males venideros y que eso nos hará soportarlos mejor.
Sin embargo, lo que realmente sucede es que en lugar de hacernos más fuertes, nos angustiamos inútilmente puesto que, en realidad, el futuro no ha llegado y, mientras tanto, vivimos con temores y angustias.
El “¿y si?...” nos acogota mentalmente, pero si nos paramos a analizar de manera racional nuestros peores presagios veremos que no se sostienen y que no son más que miedos que en realidad solamente existen en nuestra mente y que no son reales.
Pueden ser temores, por ejemplo, con respecto a enfermar cuando en realidad en este momento estamos sanos, pero no dejamos de autoobservarnos, magnificando cualquier supuesto síntoma, que nos llena de tensión y que no es más que eso, tensión muscular que interpretamos como síntomas alarmantes de la peor de las enfermedades, cuando en realidad si dejásemos de observarnos nos sentiríamos mejor.
Nunca debemos huir de nuestros temores sino que la mejor manera de acabar con ellos es enfrentarlos de manera racional y preguntarnos: ¿Qué puedo hacer?
Preocuparnos por lo que pueda suceder nos coloca en el círculo del miedo, de tal manera que parece que lo que tememos va a suceder de verdad.
La mejor manera para salir de este círculo es fijarnos en lo que está sucediendo realmente aquí y ahora.
Así, si dejamos de llenar nuestra mente con pensamientos negativos acerca de nuestro futuro y nos centramos en el aquí y ahora, y además lo hacemos de manera positiva, el miedo al futuro desaparecerá y saldremos de ese círculo negativo que tanto malestar nos produce.
