Algunas personas viven permanentemente decepcionadas y enfadadas con el mundo, recurren a ejemplos a veces reales, pero también a otros que no lo son tanto. Y así se quejan del tipo de sociedad en la que vivimos, de la tremenda escala consumista en la que estamos inmersos, teniendo de todo, en la mala educación de la gente… parece que se levanten por la mañana y ya estén quejándose de todo, a veces echando de menos tiempos pasados que, dicen, eran mejores.
Consideran con fatalismos que es imposible hacer nada y la queja se convierte en una permanente letanía y en un estilo de vida y de enfrentarse al mundo. No hacen nada para que las cosas cambien y no me refiero a grandes cambios sociales que es difícil llevarlos a cabo individualmente, sino que tampoco son capaces de hacer cambios en su propia vida que les harían sentirse mejor.
Inevitablemente, si sigues haciendo las mismas cosas y te sientes mal… seguirás sintiéndote mal. Si sigues pensando de la misma manera, que te hace sentir mal, seguirás sintiéndote mal hasta que pruebes a pensar de manera diferente y te atrevas a enfocar la realidad bajo otro prisma.
Cuando cambias tus creencias acerca de lo que te rodea y te atreves a verlo de otra manera, tu vida cambia inmediatamente en consonancia con esas nuevas creencias que tienes. Y eso es así porque la vida de cada uno es un reflejo exacto de las creencias que tiene. Si uno se cree incapaz de hacer tal o cual cosa, y se lo repite machaconamente, seguirá sin hacerlo.
Hay una frase que leí una vez y que considero resume bien lo que quiero decir: “Como no sabían que era imposible… lo hicieron”.
En realidad, no se necesita una fuerza de voluntad enorme, ni una confianza excepcional en uno mismo o misteriosas cuestiones cerebrales; simplemente, se necesita pensar de manera diferente a los acostumbrado, dudar de aquello que llevamos repitiéndonos acerca de que “no podemos”; atreverse a pensar de otra manera.
Los pensamientos, aunque a veces nos asusten no son más que eso, pensamientos. Ni más ni menos. Atreverse a pensar de otra manera es, con frecuencia, el principio de cambios importantes en nuestra vida que nos harán sentirnos mejor. Decía Albert Einstein “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Yo les animo a que si quieren sentirse mejor, no sigan pensando de la misma manera. Atrévanse a pensar de otra manera, a erradicar esas creencias negativas que generan malestar. Cuestiónese si lo que piensa se ajusta a la realidad. Cuando cambia el pensamiento, cambia la emoción y, como resultado de esto, la conducta.
En realidad, lo que necesitamos es adueñarnos de nuestra propia mente y ordenarle qué queremos pensar para sentirnos mejor.
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