Hay dolencias que condicionan la vida de las personas; dolores crónicos, discapacidades que sufrimos inesperadamente cambiando muestra vida y, aparentemente, limitándola. Pérdidas, dramas personales y sufrimientos que suceden en esta nuestra vida, tan poco justa y tan difícil.
Sin embargo, el testimonio y al actitud de muchas de estas personas atadas de por vida a sufrimientos casi permanentes, no deja de sorprendernos positivamente por la fuerza y vitalidad que exhiben. Parecen haber encontrado, cuando hablamos con ellos, el verdadero sentido a la vida y son capaces de darnos lecciones de lucha diaria y de optimismo a pesar de sus circunstancias difíciles.
¿Qué les hace diferentes? ¿Qué clave conocen para seguir viviendo y ser felices? Cuando pensamos en ellos decimos que son admirables por el ánimo que presentan y por, a pesar de la adversidad padecida, ser capaces de seguir sonriendo.
Nos cuestionamos si nosotros en sus circunstancias seríamos capaces de reaccionar así ante el cambio de vida o si nos hundiríamos en la depresión más profunda, negándonos a seguir viviendo.
Creo que lo que les diferencia de los demás es que, a pesar de que su vida se vuelve del revés, con la dolencia que arrastran o la discapacidad que sufren, no dejan de luchar por sus valores, por seguir dando sentido a su vida.
Es ahí donde está la clave; en aceptar. Aceptar no significa resignarse, sino asumir una nueva circunstancia y seguir luchando por los valores que nos habíamos planteado para nuestra vida. Si no podemos alcanzar los objetivos que nos planteábamos, deberemos dejarnos llevar por los valores, algo que nos pertenece únicamente a nosotros mismos, a nadie fuera de nosotros, ni a la sociedad ni a nadie más. Será importante, por lo tanto, conectar con los auténticos valores, particulares, que tenemos todas las personas. Con aquello que considerábamos vital y seguimos considerando fundamental, a pesar de la adversidad.
Conectemos con lo que es verdaderamente importante para cada uno de nosotros y dirijamos luego nuestros actos hacia esos valores. De esta manera, nuestros actos tendrán sentido, y a pesar de las dificultades, nos sentiremos bien, ya que viviremos de acuerdo a lo que creemos realmente.
Conectar con lo que realmente es importante es un camino eficaz para, a pesar de todo lo negativo, dar sentido a la vida y seguir viviéndola plenamente.