Anhelamos parecernos a aquellas personas a las que admiramos por su capacidad de enfrentarse a los problemas de la vida. Decimos ¡qué suerte! cuando vemos que una persona es capaz de resolver situaciones adversas o recuperarse de las mismas o emprender nuevos proyectos o rehacer su vida amorosa después de sufrir una pérdida.
No somos conscientes de que, en realidad, esas personas tienen las mismas capacidades que tenemos nosotros: la creatividad, el compromiso, pensar con detenimiento cómo enfrentarse a ese problema… Todos poseemos creatividad y fuerza. Desarrollarla solo depende de nosotros mismos y no de la suerte o de la conjunción de los astros.
En realidad, lo que va a hacer que esa creatividad se desarrolle va a ser la actitud que nosotros tomemos ante las dificultades o retos que se nos presentan en la vida.
Y así, si nos enfrentamos a la perdida de la persona a la que hemos amado, será nuestra actitud creativa la que nos hará abrirnos a nuevas relaciones y será nuestra capacidad de descubrirlas la que, sin duda, nos dará la oportunidad de volvernos a enamorar e iniciar otra relación de pareja.
Será la actitud que tomemos la que hará que desarrollemos ideas nuevas o pongamos en marcha recursos ante los problemas que en un momento determinado se nos presenten.
Una actitud positiva ayudará, sin duda, porque con esa actitud positiva nuestra creatividad fluirá mejor, motivándonos, y probablemente encontraremos antes la solución.
Es importante por lo tanto darse cuenta de que la creatividad es fundamental para enfrentar el día a día y que ésta depende de la actitud, y nuestra actitud depende siempre de nosotros mismos y de nuestra manera de pensar.
Para ser creativo es necesario confiar además en uno mismo. Es necesario darse la oportunidad de cambiar, de enfrentar las cosas con una mirada nueva, sin agobios ni dramas. Con una actitud nueva ante cada reto que la vida pone delante.