No es infrecuente que a comienzos de año nos carguemos de buenas intenciones que luego se van diluyendo según van pasando los días. Empezamos diciéndonos aquello de “año nuevo, vida nueva” y esperamos empezar a hacer cosas que hasta ahora no hemos llevado a cabo. Con lo que es frecuente que las buenas intenciones se queden en eso, en intenciones.
Les propongo que sigan estos consejos, a los que sin duda se pueden añadir muchos otros que tienen que ver más con nuestras actitudes, que con nuestras aptitudes.
Y así:
- Trate bien a los demás, sea amable. Sonría. Recuerde que todos tenemos nuestros problemas, dificultades, tristezas y sinsabores. ¡¡¡La vida “reparte” a todos!!! A todos nos gusta una palabra amable, una sonrisa o, simplemente, un gesto positivo.
- Cuídese por dentro y por fuera. Sin caer en obsesiones que no tienen nada que ver con la salud. intente comer bien, hacer ejercicio (no hace falta apuntarse a un gimnasio y machacarse; simplemente, con caminar una hora todos los días es suficiente).
- Prepárase platos nutritivos y ricos. Aséese y acicálese. No se trata de salir a la calle como si fuera a una recepción, sino de cuidarse, permitirse comprar algo que le guste, mírese al espejo y “gústese”… todo esto contribuye a su bienestar. No es necesario gastar dinero.
- Aléjese de la gente tóxica, de esas personas que usted sabe que en cuanto les da la espalda, “le ponen verde”, de la gente envidiosa y de la gente "criticona". Exhalan malestar y éste se extiende y contamina. Fuera. Cambie esos supuestos “amigos” que no lo son por gente realmente coherente y buena.
- Escuche música, lea…. lo que le guste, no se ponga a hacer aquello que no le gusta simplemente porque se “lleva”.
- Dé las gracias: al universo, a Dios… por todo lo que tiene de bueno el día de hoy, por la gente buena que tiene cerca, por la vida que sigue mostrándonos todos los días lo mejor de ella.
- Cultive la paciencia. Sí, es verdad que siempre hay gente patosa o personas egoístas, o personas a las que les gusta llamar la atención… sea paciente y piense en lo infelices que se sienten y que es por eso por lo que mantienen esas actitudes.
- Antes de acabar el día haga un resumen mental de todo lo bueno que ha tenido, de las cosas que ha hecho y de aquéllas que le han salido bien.
- Valórese. Por supuesto que tendrá frustraciones y… y ¡quién no! Forman parte de la vida y nos acompañarán hasta nuestro último día. Pero también hay muchas cosas agradables; fíjese en ellas.
- Enfoque bien su mirada todos los días, a todo lo bueno que ese día tiene.
- Entrénese en tener pensamientos positivos y realistas.
- El optimismo se puede aprender: practíquelo.
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