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Imagen de enriquelopezgarre en Pixabay
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Hay personas que están enfadadas con el mundo. Se quejan de su mala suerte y enumeran incansablemente una larga serie de inconvenientes y de adversidades que les ha tocado vivir. Se quejan y se sienten desgraciados, fijándose en otros que, a su parecer, son más afortunados. Pasan gran parte de sus días mirando la fortuna de los demás y quejándose de su mala suerte… autocompadeciéndose y quedándose encallados en ese malestar continuado.
No se dan cuenta de que por mucho que se quejen, el mundo no les debe nada... ¡estaba ahí mucho antes que ellos!
Esta actitud les hace tener una visión de la vida fatalista y negativa, como si no pudieran hacer nada para cambiarla. Por mucho que les digas que es su actitud la que mantiene esa visión tan negativa y provoca su actitud pasiva, te argumentan que es imposible y que no pueden hacer nada. En ocasiones, esta actitud tan pasiva y negativa es la antesala de la depresión.
Ya dijo Albert Einstein, uno de los grandes sabios contemporáneos, que “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Por eso cambiar es tan fácil, siempre que haya en primer lugar un verdadero cambio de actitud.
Hay que ser consciente de que esa es la gran suerte que tenemos los humanos, que elegimos nuestra actitud en cada ocasión y ante cada acontecimiento. Y que si nuestra actitud ante una situación, ante un problema, una pérdida, etc… nos causa malestar, deberemos cambiarla. Probar a cambiar el pensamiento, atreverse a pensar distinto, y con ello cambiar la actitud, después de una reflexión, es el primer paso para sentimos mejor.
Nuestra misión en esta vida, que pasa rápido, no es vivir sin problemas. Los ha habido y los habrá. Lo importante es solucionarlos, ilusionarse cada día con lo cotidiano. Sabernos timoneles de nuestra propia vida, con sus sinsabores y alegrías, y conseguir con nuestra actitud ir resolviendo todo lo malo que se presente.
Dar lo mejor de uno mismo, resolver los problemas, aceptar los sinsabores y tristezas, atreverse a hacer cosas diferentes… en eso consiste vivir.
Pero, recuerde, el cambio empieza con la firme decisión que toma uno consigo mismo. La decisión de ser feliz pasa por atreverse a ver la vida de otra manera, si hasta ahora no me ha satisfecho.