Parece que el paseo diario por un entorno natural acelera la mejoría del sistema inmunológico. Realizar actividades de paseo, respiración y a veces meditación, proporciona una mejoría casi inmediata de algunas dolencias leves. Por eso, los estudios revelan que, simplemente, el mirar por una ventana que dé a un bosque, cuando estamos recuperándonos en la habitación de un hospital, proporciona también bienestar. La naturaleza y su contemplación siempre han tenido efectos beneficiosos.
A veces, pensamos en remedios mágicos o en medicaciones milagrosas, pero algo tan sencillo como contemplar y pasear entre los árboles o a través de un jardín, alivia inmediatamente el estrés.
Nada hay más relajante, y también esperanzador, que la propia naturaleza, tan firme, tan cambiante, pero siempre tan presente.
