- Nunca deje de expresar sus sentimientos, lo que piensa y cree. Entre hacerlo de una manera agresiva o callarse pasivamente hay una manera intermedia que es la correcta, que es decir lo que siento o pienso. Todos tenemos derecho a hacerlo. Otra cosa diferente es que el que está enfrente esté de acuerdo o no. Pero eso no es lo relevante. Lo importante es atreverse.
- Nunca le importe lo que piensen los demás… entre otras cosas porque es imposible agradar a todo el mundo.
- No se proponga hacer cosas que no va a cumplir. Sea realista y plantéese objetivos, pero que se correspondan con sus posibilidades y circunstancias. Los pies hay que tenerlos en la tierra.
- No haga caso de modas y sea fiel a sí mismo.
. Las cosas que más nos benefician son aquellas que tenemos normalmente cerca todos los días. Mire con otros ojos y fíjese bien.
- Sea amable con los demás. Todos tenemos problemas y la vida no es justa para nadie. Sí, para nadie. Así que no añada criticas innecesarias y mantenga una actitud hacia el prójimo de compasión.
- Resuelva los problemas que se le presenten, pero no añada dramatismo a ellos. De esa manera tendrá una carga de ansiedad menor. Céntrese en hacer y no en dramatizar.
- Pase a la acción, venza sus miedos y láncese. Los miedos que padecemos la gran parte de nuestra vida son irracionales. Los de verdad son pocos, afortunadamente. Así que, sacúdaselos y adelante.
- Piense que esta vida se pasa, y no es un pensamiento agorero, es que es así, nuestro tiempo se acaba y, por lo tanto, aprovéchelo.
- Mire siempre el lado bueno de todo lo que hace y le sucede. Siempre lo hay. Sólo hay que cambiar la mirada. Aun en las adversidades y situaciones traumáticas se aprende algo, y ayuda, en ocasiones, a fortalecerse.
- Cuide a los que están cerca y quiere, algún día no estarán y le pesará no haberles dicho lo que sentía por ellos.
- Disfrute, disfrute y disfrute. Siempre hay cosas buenas en la vida. Esté atento.
