ANALITYCS

domingo, 6 de agosto de 2017

DESCANSAR LA MENTE


Nuestra mente es poderosa; sí, la suya, la mía, la de cualquiera.

Lo que ocurre es que olvidamos que nosotros somos los que la manejamos.

Somos los dueños, los artífices de nuestros pensamientos.

Con frecuencia, nos afligimos dejándonos llevar por tremendos pensamientos catastrofistas, destructores y desagradables, dejando de lado los pensamientos positivos, aquellos que inmediatamente aclaran nuestra percepción de las cosas, nuestro estado de ánimo.

Esta tortura autoinfligida, provoca oscuridad en nuestra vida, falta de atención, cansancio mental y físico, mientras que, simplemente el pensar en positivo provoca exactamente lo contrario: claridad de ideas, serenidad y ser capaces de ver lo extraordinario en lo cotidiano.

No se trata de dejar la mente en blanco, de no pensar o de tener ese estado que a veces se postula (hoy, muy en boga) de que todo es de color de rosa.

No.

Se trata de centrarse en lo que tenemos alrededor bueno, de aportar soluciones en lugar de ofuscarse en lo negativo, en los sinsabores y decepciones, que las hay en nuestra vida y las seguirá habiendo. Simplemente. se trata de centrarse en lo bueno, en acostumbrarse a hacer reflexiones positivas en relativizar y no dramatizar.

De esa manera, nuestra cavilaciones se convierten en agradecimientos, en afianzar nuestros valores, en agradecer lo que somos y lo que tenemos.

Una mente agradecida es una mente descansada.

Dejar de luchar entre lo que es y lo que nos gustaría que fuera, supone aceptar la realidad y esa aceptación conduce a la serenidad, paso a paso de tal manera que nuestro pensamiento va acostumbrándose a acallar, esos ruidos mentales que nos agobian y ofuscan.

Acostúmbrese a ejercitar su mente con ejercicos mentales creativos, aquellos pensamientos que relativizan lo malo, lo colocan en su justo puesto y que se fijan en lo bueno, en lo que nos hace movernos mentalmente.

Esto es como el ejercicio físico, cuando lo hacemos nos sentimos cansados, pero revitalizados. Haga lo mismo con sus pensamientos. Ejercite su mente en focalizarse en lo positivo, evitando dar vueltas a lo mismo.

Si nos paramos en los pensamientos negativos y damos vueltas y vueltas a lo mismo anulamos nuestra creatividad, la posibilidad de resolver y por lo tanto, de avanzar.

Cultive el pensamiento creativo, reflexivo y claro.

Tenemos la capacidad de crear las reflexiones que queramos.

Utilicémosla más a menudo.


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