ANALITYCS

domingo, 7 de enero de 2018

ACCIÓN


Dos cosas nos paralizan a la hora de pasar a la acción. Una es el miedo y la otra es la duda.

El miedo de si seremos capaces de hacerlo, de si haremos el ridículo, si pensarán de nosotros que no valemos o que hemos fracasado si no sale algo como esperábamos…y así, con esos miedos, nos quedamos paralizados y sin probar quizás experiencias o situaciones que nos aportarían bienestar. 


Con respecto a la duda, nada hay tan paralizante como el dudar. La duda nos ata a razonamientos absurdos y generalmente circulares. Es decir, nos da miedo hacer porque dudamos si acertaremos o no, y esa duda nos hace plantearnos otras alternativas de las que también dudamos, quedándonos también paralizados y pensando circularmente en los pros y contras, repasando pensamientos, sin salir del círculo irracional.

Dudar puede ser positivo, pero no debe nunca paralizarnos para no hacer. La duda debe ser un análisis sosegado y ligero, en el sentido de breve, para pasar a la acción. Valorar los pros y contras, pero sin atascarse en interminables análisis. De lo contrario, se produce la parálisis (de pensamiento y acción) por análisis, además de generar ansiedad.

Siempre existirán mejores maneras de hacerlo, pero eso no debe impedir que aquí y ahora, hagamos. Si no se toma una decisión en un momento, la inacción nos generará mucho malestar y, sobre todo, nos impedirá avanzar y perder oportunidades.

Cuando quiera algo o quiera cambiar, pase a la acción, afronte sus miedos de una manera racional, pensando,  por ejemplo, en qué puede ser lo peor que pueda suceder, y comprobará que no es para tanto. Además, recuerde que la vida es un proceso de aprendizaje y que fracasar significa siempre aprender y mejorar, y en ningún caso es un estigma.


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