Teresa Díaz Bada. Consulta de Psicología Clínica en San Sebastián. 666861224 (Whatsapp) / teresa@diazbada.com
martes, 31 de julio de 2018
RESISTIRSE A LA NECESIDAD DE CRITICAR
Es normal que acudamos a reuniones con amigos y se hagan críticas.
Bien contra otras personas o contra situaciones en las que se ven envueltas otras personas que a veces ni siquiera conocemos.
Criticar es muy habitual en nuestras relaciones sociales.
Parece que si no hablamos del prójimo y comentamos tal o cual cotilleo, las reuniones sociales se vuelven aburridas.
Sin embargo, cuando nos paramos a pensar realmente qué conseguimos con las críticas vemos que, realmente, no se consigue nada.
Muchas veces son comentarios banales que no dicen nada o a veces dardos envenenados con exageraciones, o suposiciones que afean la conducta del otro.
Una actitud crítica no solamente no sirve para nada, sino que hace que seamos más desconfiados y sigamos atrapados en prejuicios.
La actitud crítica no es más que un mal hábito. Estamos acostumbrados a hacerlo sin pararnos a pensar que no sirve absolutamente para nada.
No añade nada positivo y sí nos resta bienestar. Nos predispone negativamente ante el mundo que nos toca vivir y nos llena de desconfianza hacia la persona a la que se ha sometido a esa crítica, aunque a veces no la conozcamos.
Le propongo que se imponga como tarea el no criticar.
Para eso, cuando critique, mire con cuánta frecuencia lo hace y sustitúyalo por hacer comentarios positivos de la persona o situación a la que se critica.
Cambie de esa manera la crítica por la tolerancia y el respeto al prójimo.
Se sentirá mejor.