ANALITYCS

domingo, 25 de noviembre de 2018

CUANDO EL PENSAMIENTO NO ENTIENDE DE RAZONES

Imagen: Pixabay

No hay nada que provoque más ansiedad que los pensamientos obsesivos que a veces nos asaltan.

Como si de un círculo vicioso se tratase, vamos y venimos mentalmente dando vueltas a lo mismo, sintiéndonos incapaces de salir de ese laberinto en el que nos quedamos atrapados mentalmente.

Curiosamente, somos capaces de seguir llevando nuestra vida, ir a trabajar, estudiar… etc. pero todo se ve empañado porque parece que estamos divididos en dos: por una parte, nuestra vida normal, pero por otro lado aparece la constante reiteración de ideas absurdas o de pensamientos cuestionadores, del tipo “por qué estoy pensando esto”.

Sabemos que lo que pensamos es irracional, pero en ocasiones no podemos dejar de pensarlo y en otras nos martirizamos, culpándonos por tener ese tipo de pensamientos y no poder controlarlos.

Al pensar mal, los síntomas físicos de la ansiedad afloran: tensiones, taquicardias, sudoración, sensación de ahogo y opresión en el pecho…

Para detener esos pensamientos y dejar de sentir ansiedad intente llevar a cabo los siguientes pasos:

- En primer lugar, acéptelo: se encuentra usted en un bache y tiene ansiedad. Pero piense que la ansiedad está provocada por esos pensamientos tan catastrofistas y obsesivos que tiene. En el momento que controle los pensamientos, la ansiedad desaparecerá.

- Piérdales miedo: una vez que los ha aceptado, plánteles cara. Pero no luche contra ellos. No es bueno debatirse con pensamientos irracionales obsesivos. Simplemente, acepte que están ahí e intente distraerse.

- Reserve un momento del día para enfrentar, entonces sí, esos pensamientos irracionales. Entonces, coja un papel y escriba en una columna todos esos pensamientos negativos irracionales, por muy absurdos que le parezcan, y en otra columna contigua dese las razones reales, los pensamientos racionales, que rebatan esos pensamientos irracionales. Escriba con calma, especificando todo lo que pueda.

- Oblíguese a escribir también todos los momentos buenos y positivos que ha vivido a lo largo del día. Cada día tiene muchos ratos agradables. Traérselos a la cabeza ayuda a que la ansiedad pierda fuerza.

-No se asuste por los síntomas físicos de la ansiedad y practique la respiración. Para ello, siéntese o túmbese en un lugar tranquilo y ponga una mano encima de su vientre, por debajo del ombligo. Coja aire por la nariz durante 3 o 4 segundos, intentando dirigir el aire a la parte baja de los pulmones. Notará que el aire llena los pulmones, porque la mano que tiene encima del vientre se mueve, no el estómago o el pecho. Retenga un poco el aire contando hasta tres, y expúlselo lentamente por la boca hasta vaciar el aire, tardando otros 3 o 4 segundos. Repita este ejercicio 3 o 4 veces seguidas. No se preocupe si nota una ligera sensación de mareo; a veces ocurre cuando oxigenamos demasiado, pero al normalizar la respiración la sensación desaparecerá.

Practique estos ejercicios tres o cuatro veces al día

- Es muy importante hablarse de manera positiva. Si continuamente se encuentra centrado en los síntomas negativos o diciéndose que “se va a volver loco” o que “algo terrible va a ocurrir”, seguirá encontrándose mal.

El dialogo interno tiene que ser de apoyo, con frases del tipo “voy a poder con esto”, “confío en mí”, “voy a aprender de esto”, “Puedo estar tranquilo”… etc.

Las frases que nos decimos internamente son determinantes para lo que sentimos y hacemos.

Háblese bien, entonces, para enfrentar situaciones que le generan malestar.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...