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Imagen: Pixabay |
“En caso de duda, cuenta la verdad”
(Mark Twain)
Vivimos mucho más tranquilos si somos capaces de decir lo que sentimos y pensamos.
Sin embargo, esto que en principio parece fácil… no resulta tan sencillo.
Con frecuencia callamos y no nos atrevemos a decir nuestra opinión o parecer, por temor a la reacción del otro. Por temor a que nos rechace o que nos juzgue. Además, frecuentemente nos parece que lo que vamos a decir no es valioso o no es tan acertado, y pensamos que nuestro interlocutor pede considerar nuestra poca valía…
Sin embargo, las personas que expresan sus sentimientos o pareceres a los demás evitan muchos conflictos, aunque en un primer momento puedan aparecer desacuerdos o fricciones. Si siempre estoy pendiente de agradar a los demás y no explicito mi desacuerdo, cuando lo haga provocaré en los demás reacciones desproporcionadas porque están acostumbrados a mi sumisión.
Viviremos mucho más tranquilos si nos acostumbramos en todo momento a decir nuestra opinión, lo que sentimos y pensamos, de una manera que el otro no se sienta agredido, pero tampoco callando y asumiendo pareceres y opiniones que no compartimos.
Decir lo que sentimos, aunque el otro no esté de acuerdo, nos hace sentir mejor y aumenta nuestra autoestima.
Porque mis sentimientos y opiniones son míos y los demás podrán estar de acuerdo o no, pero no podrán negarme mi criterio, que únicamente me pertenece a mí.