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Imagen: Pixabay |
Cuesta deshacerse de las ideas negativas que se tienen con respecto a uno mismo.
Comparamos a los demás con nosotros mismos y siempre nos vemos peor: menos inteligentes, menos capaces, menos atractivos… infravaloramos lo que somos y tenemos miedo a ser rechazados, a que no nos quieran.
Nuestra autoestima se ve continuamente dañada, como si la socavásemos de continuo.
Olvidamos que, probablemente, los demás sientan lo mismo que nosotros. También se sienten inseguros y dudan a veces de sus capacidades.
Puede ser que arrastremos esa inseguridad desde niños o hayamos ido forjándola ya de adultos o tras experiencias difíciles de la vida.
Lo que es importante es conseguir creerse merecedor de afecto, cuidados y atención de uno mismo… hacia uno mismo.
Nadie puede hacerle sentir inferior si usted no se cree primero dicha inferioridad.
Podemos toparnos con personas que alardean de sus capacidades o bienes y que parecen muy seguras… pero realmente lo importante no son ellos, sino cómo se siente usted consigo mismo. Por eso, dese cuenta primero cuándo se infravalora y cuándo duda de sus capacidades y fortalezas; identifique en qué se ve menos capaz y luche contra esos pensamientos negativos confrontándolos con respuestas reales acerca de sus capacidades y fortalezas.
Siéntase un ser humano único e irrepetible y empiece a valorarse. Todos tenemos defectos y todos tenemos fortalezas. Haga una lista de estas últimas. Añada aquellas situaciones en las que ha sido capaz de resolver problemas o de enfrentar situaciones difíciles.
Que no le dé pereza, pase a la acción. El trabajo más importante que tenemos en esta vida es el trabajo con uno mismo.
Identifique sus valores y vea la coherencia que ha tenido al actuar de acuerdo con ellos. Le hará sentirse bien.
Háblese adecuadamente, dándose fuerza, dejando de lado el lenguaje interior negativo y el de la autocompasión. Verá que su motivación va subiendo poco a poco.
Seguro que a alguien no agradará y que alguien le criticará… es así el ser humano.
Pero recuerde también que en muchas ocasiones la envidia se disfraza de crítica.
Fíjese en usted y en sus avances, y deje de lado a los envidiosos y a los que le critican, a aquellos que parecen comerse el mundo y que parecen saberlo todo.
Usted siga su camino, estableciendo sus propias metas y valorándose en todo momento.