![]() |
Imagen. Pixabay |
Nuestros pensamientos van tejiendo nuestra vida, formando recuerdos de personas y situaciones en las que estuvimos y que ya no forman parte de nuestro presente.
Para bien, y a veces para mal, nuestros pensamientos vagan por el pasado recordando situaciones que nos llenaron, a personas a las que quisimos y ya no están en nuestras vidas, llenando nuestro corazón de sonrisas y de melancolía.
El presente se nos antoja más rudo y áspero, cuando en realidad podemos hacer el mismo ejercicio que cuando miramos hacia atrás con suave melancolía y convertir lo cotidiano en amable.
Tejer nuestra mente a lo largo de nuestra vida, lentamente, con todos los pensamientos acerca de la misma, que deben ser de paz y serenidad, es un buen ejercicio mental para sentirse bien.
Escoger el camino de la serenidad pasa inevitablemente por hacer inolvidables a aquellas personas que formaron parte de nuestra vida y que tanto nos aportaron, y por obligarse a vivir en el presente valorando a los que tenemos cerca y queremos; ir aceptando nuestra finitud y, por eso, aprovechar cada minuto de nuestra vida en intentar sentirnos bien y hacer sentirse bien a los demás.