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Imagen de PublicDomainPictures en Pixabay
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Las críticas acertadas pueden ser muy positivas, porque nos ayudan a mejorar.
Lo que ocurre es que, frecuentemente, ni todas las críticas de que es objeto nuestra conducta son positivas ni solemos encajarlas de buen grado.
Para aprender a distinguir las críticas que son constructivas de las que lo no son, puede seguir las siguiente pautas.
- Cuando alguien le critique, tanto si la crítica es solicitada como si no, sea bienintencionada o no, evite contraatacar inmediatamente. Intente analizarla con serenidad. Contraatacar inmediatamente le proporciona un alivio inmediato, pero no contribuye a su crecimiento personal.
- Analice la crítica de manera dialogante con el crítico: formule preguntas exploratorias que se centren en el tema de la crítica o en el comportamiento criticado, no en el crítico. Pida ejemplos, no para poner a prueba la crítica hecha, sino para aclarar de verdad el comportamiento que es objeto de crítica.
- Reconozca abiertamente su error si así es. “Admito que he cometido un error” es una frase que, si se dice sinceramente, evita justificaciones y que nos recuerda que todos podemos cometerlos.
- No ceda ante las críticas injustas, manipuladoras o malintencionadas. Si creemos que la crítica es irrelevante o no merece un análisis, lo mejor es hacer caso omiso de ella. No hay que bajar al nivel de sarcasmo o de hostilidad del crítico, sino escuchar el comentario sin enredarse en una discusión acalorada. Simplemente escúchela, diga que no está de acuerdo y punto. No añadir nada más, ni desgastarse en justificaciones le hará sentirse bien.