![]() |
Imagen de Foundry Co en Pixabay
|
Además, como vivimos en una época donde la 'sobreinformación' también es grande continuamente recibimos mensaje sobre tal o cual comida milagrosa que se ha descubierto, sobre qué hacer para ser más feliz, sobre cómo vestir, beber, amar y conducirse… con mensajes muchas veces que se contradicen.
Olvidamos que la clave de la felicidad reside, única y exclusivamente, en uno mismo y que cada persona desde buscarla a su medida, sin dejarse llevar por tópicos o modas que en realidad obedecen a intereses más comerciales que otra cosa.
Reforzar uno mismo su propia estima pasa por empezar a hacerse dueño de su vida.
No esperar a hacer o pensar lo que los demás le dicen, sino centrarse en una pregunta tan sencilla como importante.
“Realmente, ¿qué quiero hacer yo?” Y ahí, empezar a indagar en uno mismo para descubrir realmente lo que me hace bien, lo que me hace feliz.
Empezar con uno mismo es vital. Olvidar todo y todas las cosas y cuestionarse sobre lo que realmente a uno le importa. Y después, ponerse a hacerlo.
Las personas solemos estar disconformes con el curso de nuestra vida, pero curiosamente seguimos haciendo lo mismo. Nos quedamos en la queja, pero no hacemos nada por salir de ahí. Con lo que es imposible cambiar.
Cambiar supone enfrentarse al miedo, porque miedo es lo que muchas veces tenemos para no dar el paso y cambiar. Pero un pequeño cambio puede abrir muchas oportunidades. Hay que centrarse en lo que yo espero de mi vida, no en lo que los demás hacen o esperan que yo haga.
Pequeños cambios producen resultados buenos. Atreverse a hacerlos es a veces la tarea más complicada.
Recordar que nadie se va a encargar de nuestra felicidad más que nosotros mismos. Vivir con esa certeza, nos hace dueños de nuestra vida y nos lleva también a que nadie puede hacernos infelices si nosotros no queremos.
Por lo tanto, la pregunta es: ¿quiero ser feliz?
Y si la respuesta es sí, empiece por encargarse de sí mismo y verá que los resultados siempre son buenos.
www.diazbada.com