ANALITYCS

domingo, 8 de marzo de 2020

TODO LLEVA SU TIEMPO

Imagen de Kranich17 en Pixabay

Tenemos poca paciencia.

Queremos todo casi de manera inmediata y sufrimos muchas veces de impaciencia: en el trabajo, en las relaciones, ante respuestas que esperamos y creemos que serán determinantes de nuestra felicidad.

Olvidamos que todo lleva su tiempo.

Lleva su tiempo conocerse a uno mismo y ser sincero consigo mismo, admitiéndose humano y por lo tanto falible, que cometemos errores y que precisamente cometerlos nos hace más conocedores de nosotros mismos. Porque en la desazón y el malestar, también aprendemos de nosotros mismos.

Somos impacientes en las relaciones interpersonales, queriendo enseguida que el otro nos responda o esperando del otro algo que si no recibimos, nos causa malestar.

Somos impacientes ante cambios de rutina, imprevistos o negativas, anticipándonos a veces con dosis de ansiedad que solamente nos creamos nosotros en nuestra mente.

Muy pocas cosas se consiguen de la noche a la mañana.

La vida se hace poco a poco. Todo es un proceso.

Un proceso en el que cada día es una enseñanza. Cada día es una lección en la que podemos aprender y mejorar. Solamente hay que estar atentos e intentar sacar lo bueno, lo aprendido. Dándonos cuenta también de aquello que probablemente llegue, pero pacientemente esperándolo como esperamos que cada día sea mejor que el anterior.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...