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Imagen: Pixabay |
Los cambios sociales que la pandemia ha causado son patentes, pero no por ello dejan de provocarnos extrañeza y, en ocasiones, cierto malestar y desesperanza.
Vivimos tiempos de incertidumbre, lo que a veces provoca miedo y ansiedad, y también una cultura de la sospecha sobre el otro, que se debe evitar.
Ha habido otras pandemias (como la del VIH) que también pasaron y que no cambiaron demasiado nuestra forma de relacionarnos, más allá de aumentar la seguridad en determinadas prácticas.
Retomar las relaciones sociales, las relaciones de pareja y sexuales, exige, ante todo, respeto y responsabilidad.
El sentido común debe llevarnos a retomar las relaciones sociales con las medidas sanitarias que se nos aconsejan.
Será este sentido común el que más deberemos utilizar, y, muy especialmente, deberemos ejercer una responsabilidad personal y social aumentada para, sintiéndonos miembros de una sociedad, cuidarnos para poder también cuidar al otro y contribuir entre todos a la erradicación de la pandemia.
Ser responsable es lo contrario a dejarse llevar por el pánico y la ansiedad. Se responsable consiste en retomar esa vida que añoramos superponiendo sobre ella una fina película de protección y de seguridad, siguiendo las recomendaciones que realizan las instituciones médicas y retomando unas relaciones sociales y de pareja donde el respeto sea el primer garante de la salud, tanto física como mental.