ANALITYCS

domingo, 19 de marzo de 2023

CONSCIENCIA



Imagen: Pixabay

Si usted suele responder a las adversidades cotidianas poniéndose tenso e iracundo, haciendo que sus pensamientos vayan teniendo un efecto bola de nieve, acabará por crearse un hábito en su mente que le hará reaccionar así siempre.

Lo que más practica mentalmente es lo que acaba convirtiéndose en una respuesta casi automática de la que apenas uno es consciente, y lo que es peor, se cree que dicha respuesta es imposible de cambiar.
De esa manera, muchas veces oímos a personas decir que “son así y no pueden cambiar” como si de algo permanente en su vida se tratase.

No se dan cuenta de que funcionamos con hábitos, también de pensamientos, y que éstos se van arraigando en nuestra mente cuanto más pensamos de esa manera, sin decidirnos a detenernos en esa línea de pensamiento.

Por ejemplo, insistir en tener la razón y enfadarse intentando convertir al contrario, genera mucha frustración y un estado de tensión y ansiedad interna nada recomendable. Sin embargo es una actitud que repetimos, como si en esa discusión nos fuera la vida en ello.

Resulta muy útil adquirir consciencia de los hábitos de pensamiento que tenemos.

¿Y si en vez de mostrarse iracundo y enfadado intenta pensar de otra manera, desdramatizando el problema que se le presenta e intentado solucionarlo, sin pasarlo mal?

¿Y si en vez de enfadarse con tal o cual persona, intenta mostrar compasión o, por lo menos, aceptar que él o ella tiene derecho a actuar o a hacer como ella o él cree?

Decida cómo pasar sus días: si enredándose en bolas de nieve cognitivas en las que todo se convierte en una lucha y afrenta constante, o si prefiere tener unos pensamientos y actitudes mucho más serenas, aceptando lo que no puede cambiar, pero siendo consciente de que lo que siempre, siempre, depende de usted es la actitud que tomará ante los hechos que se presenten en su vida.

Esa actitud le hará sentirse más o menos feliz. Por lo tanto, se trata de escoger bien.


sábado, 11 de marzo de 2023

NO TE RINDAS


Imagen: LTPV

Cuando la vida se convierte en una carga y empezar un día es algo tedioso y duro…

Cuando las personas que tenemos cerca no son lo que esperábamos y sufrimos decepción y tristeza

Cuando las cosas que emprendemos no nos salen como esperábamos…

Acordarse de que nuestra vida va a ser aquello que decidamos que sea debe darnos fuerzas para seguir adelante y orientar de nuevo la brújula que nos conduce al bienestar.

Insistirse hasta llegar a convencerse de que tengo derecho a pensar y sentir como yo quiero y que tengo también el derecho de decir lo que quiero decir… sin olvidar que la persona que está enfrente puede estar o no de acuerdo, pero que eso no me quita un ápice de valía personal, igual que a él /ella.

Recordarnos que no podemos agradar a todo el mundo, así que estar siempre pendientes de qué pensaran los demás se convierte en algo inútil y tremendamente agotador, además de frustrante.

Tener presente que en la vida no siempre pasan cosas extraordinarias y que lo verdaderamente extraordinario es saber vivir con nuestras fortalezas y defectos intentando disfrutar cada día de las pequeñas cosas que tenemos a mano.

Centrarse en ver lo bueno del día y del momento nos da fuerzas para mejorar y seguir adelante.

Ser generoso con los demás y evitar la crítica continua y a veces maledicente. No beneficia a nadie, ni al que se crítica, evidentemente, ni al que lo hace, porque le fija en la negatividad.

Mirar a los demás con los ojos de la indulgencia y compasión, acordándose que todos hacemos lo posible en este mundo por ser felices y vivir bien. Aunque a veces cueste entender las razones de los otros.

Recordar siempre que las cosas sencillas son las mejores para las mentes complicadas que tenemos los seres humanos. Aprender a sobrellevar los contratiempos y adversidades, porque, al final, haciéndolo, nos hacemos más fuertes y más sabios.

Deshacerse de las preocupaciones falsas, de la impaciencia y la irritación nos dará la fuerza necesaria para no rendirnos nunca.


domingo, 5 de marzo de 2023

OBJETO DE PLACER / OBJETO DE AMOR



Imagen: Pixabay

Hoy en día, existe una tendencia a idolatrar el sexo: lo vemos en películas y series casi a diario, instalándose la idea del "sexo a todas horas".

Se reduce la sexualidad al placer genital, y así las personas se convierten en ocasiones en personas simplemente sexuadas, casi objetos de usar y tirar.

Se olvida llevar a cabo una verdadera educación sexual, que es tan importante para dar respuesta a muchas preguntas que surgen en las relaciones de pareja a lo largo de la vida.

La persona es tratada como objeto de placer, y no como objeto de amor, perdiéndose un valor fundamental.

Cada persona que pasa por nuestra vida y con la que tenemos relación, incluida la relación sexual, siempre será más que un simple objeto de placer. Por ello, la sexualidad es mucho más que placer; es un vehículo de acercamiento al otro, de conocimiento y comunicación con el otro.

Evidentemente que existe el placer, pero la verdadera sexualidad es aquella que mezcla la ternura, la complicidad y la pasión. Aquella que trata al otro con delicadeza, sentido del humor compartido y confianza.

No debemos olvidar que el encuentro sexual es algo más que un encuentro genital. Es el encuentro de dos seres humanos, dispuestos a compartir mucho más que un orgasmo.

La relación sexual es siempre un encuentro íntimo de persona a persona, no simplemente el encuentro de dos cuerpos. Cuando se trata al otro simplemente como un cuerpo, se le quita toda la grandeza y profundidad que como ser humano tiene. Y esos encuentros sexuales dejan a la persona, con frecuencia, vacía y con desazón.



domingo, 26 de febrero de 2023

ALGUNOS CONSEJOS PARA CONTROLAR LA ANSIEDAD


Imagen: LTPV 

Todos tenemos momentos a lo largo de nuestra vida en los que experimentamos ansiedad. La ansiedad es una emoción normal y sana, que todos sentimos, y en general nos hace rendir mejor o enfrentarnos a determinadas situaciones con más probabilidades de éxito. Nos prepara para la acción y para estar alerta. Esa es la ansiedad buena. 

La ansiedad mala es aquella que experimentamos cuando no necesitamos estar en alerta, rendir mejor o enfrentarnos a alguna situación. Esa es la que hace que físicamente notemos efectos como sudoración, dolores de cabeza, palpitaciones, temblores musculares y un sinfín más de síntomas que interpretamos asustándonos y provocando más tensión muscular, más síntomas y más miedo.

Para conseguir que dicha ansiedad vuelva al umbral en el que debe estar y se convierta de nuevo en una respuesta normal y satisfactoria, podemos guiarnos por estas pautas.

* No tenga miedo. No va a suceder nada terrible. Por mucho que los síntomas sean muy aparatosos, ni se va a volver loco, ni va a pasar nada.

* Aceptar que en ese momento tiene miedo es la mejor manera de enfrentarlo y hacer que empiece a ceder y se vaya reduciendo.

* Respire con calma, ayúdese de la respiración diafragmática, la que llega al final de nuestros pulmones y hace incompatible fisiológicamente experimentar ansiedad. Haga respiraciones profundas y tranquilas, y verá cómo, poco a poco, los síntomas desaparecen.

* Distráigase: mire alrededor y fíjese en lo que ocurre fuera. No se auto-observe e intente estar distraído y ocupado físicamente. Lo peor que puede hacer es tumbarse y quedarse quieto; aumentará la autobservación y con ello los síntomas.

* Maneje bien sus pensamientos: Piense que no está en una situación real de peligro, que su mente la maneja usted y que es capaz de controlarla y pararla.

Proporciónese pensamientos tranquilizadores y positivos, y verá cómo su mente es capaz de ir frenando la respuesta de ansiedad, cómo desaparece el miedo y se va sintiendo mejor.

domingo, 19 de febrero de 2023

AMOR COMPAÑERO


Imagen: Pixabay

La cultura en la que vivimos fomenta el mito del amor romántico, de tal manera que no es difícil encontrarse con personas que pasan su vida suspirando por él. Por un amor romántico en el que todo fluye, eterno y, como si de Romeo y Julieta se tratase, nunca desaparece por mucho que pasen los años.

Muchas personas también se obsesionan con un primer amor que cuando se perdió consideran el único verdadero que han experimentado. Y no es así.

Hay un amor pasional y primerizo, que se relaciona más con cuestiones bioquímicas y que suele suceder la primera vez que nos enamoramos.

Los estudiosos dicen que se debe fundamentalmente a la dopamina y oxitocina que aparecen y nos hacen pensar que es el único y verdadero, a pesar de que nos demos cuenta de que en ocasiones no es conveniente.

De ese amor romántico se pasa a un amor compañero en el que se deja uno de mirar en el otro para mirar el futuro juntos, crecer como personas, compartiendo la vida, pero también buscando individualmente avanzar.

Curiosamente, ese primer amor romántico es tomado muchas veces como el único que experimentamos, quejándonos de que luego el amor se convierte en rutina y ya no es ese primer amor pasional.

Pero en estudios llevados a cabo se comprueba que de ese primer amor pasional pocas veces se dan parejas duraderas en el tiempo y que es mejor el resto de enamoramientos que sí conducen a un amor estable, apasionado y realista, pero con menor carga romántica.

Es como si el primer amor fuera bioquímico y luego debiéramos encontrar un amor compañero.

Por eso, aquellas personas que se empeñan, hasta llegar a obsesionarse, con que solamente se han enamorado una vez del primer amor, pierden un tiempo precioso. El tiempo de asumir pérdidas necesarias, por mucho que duelan, para volver a rehacer su vida y encontrar el amor verdadero, aquel que nos acompaña durante la vida y que nos hace vivir la vida real.


domingo, 12 de febrero de 2023

VIVIR CON COMPROMISO


Imagen: Pixabay

Algunas parejas, a pesar de estar años y años juntas, no se comprometen. No se implican en el bienestar del otro, sin ver que esto es lo más importante, y no se aplican en hacer diariamente un trabajo de generarse y generar bienestar. Un trabajo de intentar conseguir que se vayan creando cada vez más lazos de unión, basándose en una comunicación, en una preocupación por el bienestar del otro, y en un cuidado que se da incondicionalmente.

No es infrecuente ver cómo se antepone el propio bienestar, en ocasiones de manera egoísta, dejando de lado el cuidar al otro, a la pareja, pero también a los hijos. Se trata de parejas embarcadas en crear una familia sin haber pensado realmente en el compromiso profundo que eso supone en cuanto a renuncias, amor incondicional y lucha diaria para sacar adelante la familia y el proyecto en el que se han involucrado.

Casi de manera automática, algunas parejas se embarcan en un proyecto que parece cogido con alfileres, puesto que prevalece el egoísmo personal, el llamado ahora "postureo" de jugar a la familia feliz, que carece de raíces profundas arraigadas de verdad en el compromiso racional de estar juntos y de ir conociéndose día a día e ir afianzando ese primer amor que llevó a emparejarse. Ese primer impulso amoroso que si no se cuida y no se le presta atención acaba por naufragar, convirtiéndose en monotonía y, en muchos casos, desazón.

Cuando el amor se enraíza en un compromiso profundo, ningún viento o marea es capaz de derribarlo porque, a pesar de las tempestades, prima por encima de todo el cuidar al otro porque forma parte de la vida de uno mismo. Como si fuera un lazo imposible de deshacer y que, sin embargo, permite también en crecimiento personal y único de cada miembro de la pareja y también del resto de la familia.

Comprometerse implica renunciar, ceder, generosidad a raudales, paciencia y mucho afecto y amor. Emparejarse no es difícil; emparejarse con este profundo compromiso es más complicado porque muchas veces se carece de la lucidez para saber qué es lo que se quiere y por qué uno decide en un momento determinado compartir su vida con otro.

Pero una vez que el compromiso está claro y se lucha día a día para que se afiance emocionalmente, el bienestar arraiga en el corazón de quien lo lleva a cabo. Y también provoca en la mayoría de los casos una reciprocidad en el otro.



domingo, 5 de febrero de 2023

COMPROMETERSE

Imagen: LTPV

Algunas parejas, a pesar de estar años y años juntas, no se comprometen. No se implican en el bienestar del otro, sin ver que esto es lo más importante, y no se aplican en hacer diariamente un trabajo de generarse y generar bienestar. Un trabajo de intentar conseguir que se vayan creando cada vez más lazos de unión, basándose en una comunicación, en una preocupación por el bienestar del otro, y en un cuidado que se da incondicionalmente.

No es infrecuente ver cómo se antepone el propio bienestar, en ocasiones de manera egoísta, dejando de lado el cuidar al otro, a la pareja, pero también a los hijos. Se trata de parejas embarcadas en crear una familia sin haber pensado realmente en el compromiso profundo que eso supone en cuanto a renuncias, amor incondicional y lucha diaria para sacar adelante la familia y el proyecto en el que se han involucrado.

Casi de manera automática, algunas parejas se embarcan en un proyecto que parece cogido con alfileres, puesto que prevalece el egoísmo personal, el llamado ahora "postureo" de jugar a la familia feliz, que carece de raíces profundas arraigadas de verdad en el compromiso racional de estar juntos y de ir conociéndose día a día e ir afianzando ese primer amor que llevó a emparejarse. Ese primer impulso amoroso que si no se cuida y no se le presta atención acaba por naufragar, convirtiéndose en monotonía y, en muchos casos, desazón.

Cuando el amor se enraíza en un compromiso profundo, ningún viento o marea es capaz de derribarlo porque, a pesar de las tempestades, prima por encima de todo el cuidar al otro porque forma parte de la vida de uno mismo. Como si fuera un lazo imposible de deshacer y que, sin embargo, permite también el crecimiento personal y único de cada miembro de la pareja y también del resto de la familia.

Comprometerse implica renunciar, ceder, generosidad a raudales, paciencia y mucho afecto y amor. Emparejarse no es difícil; emparejarse con este profundo compromiso es más complicado porque muchas veces se carece de la lucidez para saber qué es lo que se quiere y por qué uno decide en un momento determinado compartir su vida con otro.

Pero una vez que el compromiso está claro y se lucha día a día para que se afiance emocionalmente, el bienestar arraiga en el corazón de quien lo lleva a cabo. Y también provoca en la mayoría de los casos una reciprocidad en el otro.



domingo, 29 de enero de 2023

DESHACERSE DEL LASTRE

Imagen. Pixabay

Albert Ellis defendía la idea de que son nuestros pensamientos los que crean nuestras emociones.

Son los pensamientos los que hacen que interpretemos los estímulos externos que nos acontecen, por lo tanto, para cambiar nuestras emociones lo primero que tenemos que conseguir es ser conscientes de nuestros pensamientos, y en concreto de los pensamientos que tenemos cuando nos encontramos mal, con emociones negativas.

Daniel Goleman, el padre de la inteligencia emocional, sostiene también que nosotros escogemos las emociones que sentimos. Por lo tanto, cambiando nuestros pensamientos, cambiamos también nuestras emociones.

Lo primero que tendremos que hacer es darnos cuenta con claridad de cómo interpretamos los hechos o situaciones que nos acontecen y cómo la emoción que sentimos se deriva directamente de esa manera de interpretar lo que nos sucede.

Fíjese que es frecuente que cuando recordamos tal situación o a tal persona nos sintamos tristes o molestos o mal… y, en realidad, no está ocurriendo nada, sino que es mi pensamiento el que me hace sentir mal o provocar una emoción negativa.

Por lo tanto, eliminar las emociones negativas, para librarse del lastre, es un paso importantísimo para crecer interiormente.

Pero recuerde que librarse de ese lastre pasa indefectiblemente por ser consciente de sus pensamientos y por observar los hechos, adecuando los pensamientos, para eliminar el malestar.

domingo, 22 de enero de 2023

DESDRAMATIZAR


Anticiparse mentalmente a problemas supuestos que nos pueden suceder, y dramatizarlos, conduce inevitablemente a sentir ansiedad. De hecho, de todos los errores de pensamiento que cometemos las personas mentalmente, uno de los peores es la dramatización.

Puede que hayamos tenido un problema o que tengamos que enfrentarnos a una situación difícil, pero es el nivel de dramatización que desarrollamos, es decir la actitud más o menos tremendista que tomamos ante una determinada circunstancia, la que va a hacer que nos generemos una serenidad necesaria para resolver el problema o una ansiedad que nos desborda y paraliza, impidiéndonos resolver y actuar.

Dramatizamos en exceso, por ejemplo, cuando pensamos constantemente que los otros están pensando mal de mí, también cuando anticipamos que tal o cual reunión será terrible y nos veremos superados por ella; dramatizamos cuando vamos conduciendo y ante la inhabilidad de otro, empezamos a vociferar en el coche y a gritar como si se tratara de un asunto de vida o muerte. Dramatizamos también cuando el médico nos dice que nos va a hacer unas pruebas e inmediatamente pensamos que tenemos una enfermedad de la que moriremos casi instantáneamente, a pesar de que no tenemos todavía ningún diagnóstico.

Y así nos acostumbramos a hábitos de pensamiento tremendamente negativos que nos quitan mucha tranquilidad en nuestro día a día.

Pensar mal genera sufrimiento y, además, pocas veces se acierta. Cuántas veces hemos temido cosas que nunca han sucedido.

Pasarse la vida anticipando negativamente, y dramatizando, nos resta bienestar diario y nos genera un poso interior de ansiedad e insatisfacción, en el que los días se tornan grises y la vida se vuelve opaca, malviviendo no pocas veces.


domingo, 15 de enero de 2023

PARA OBTENER DIFERENTES RESULTADOS



Imagen: Pixabay

Queremos que las cosas cambien, que nos sucedan cosas distintas, pero seguimos llevando a cabo los mismos comportamientos, los mismos hábitos. los mismos quehaceres… y así, es imposible.

Si seguimos haciendo lo mismo y nos quedamos en la queja de la rutina, no podemos pretender que nuestra vida cambie de rumbo y mucho menos que nos sucedan cosas nuevas.

Para lograr resultados diferentes es indudable que hay que hacer cosas diferentes.

No es “esperaré a sentirme mejor, y luego ya haré otras cosas” sino “voy a empezar a hacer cosas diferentes y, sin duda, me sentiré mejor”.

Por lo tanto, todo se inicia en los pensamientos y en la acción que debe surgir de estos. Los pensamientos son tan importantes que acabamos convirtiéndonos en lo que hemos pensado. Y acabamos por hacer las cosas que estamos también pensando. Por lo tanto, debemos tener claro que cada cambio y cada progreso se inician con cambios en nuestros pensamientos.

Hay muchas personas que siguen haciendo lo mismo y esperando que ocurra algo distinto. Sueñan con golpes de suerte, o con la conjugación de los astros, sin darse cuenta de que todo es mucho más sencillo y mejor. Porque realmente depende de uno mismo.

Esa es la gran baza que tenemos como seres humanos.

Hay que atreverse a salir de la zona de confort, de la queja permanente y de la inacción.

Si realmente quiere dar un giro a su vida, piense qué puede hacer, qué cambios va a llevar a cabo y atrévase.


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