ANALITYCS

domingo, 4 de junio de 2023

¿QUÉ SE HACE EN TERAPIA?


Imagen: Pixabay

Con frecuencia me preguntan en qué consiste la terapia que una persona inicia con el psicólogo. Suelo decir que, realmente, los terapeutas marcamos el camino y acompañamos a la persona que en un momento de su vida se encuentra en un momento difícil, dando las pautas y las técnicas para que siempre pueda salir ella misma del bache.

No se trata de una terapia en la que la persona habla y habla… y pretendidamente llega a unas conclusiones, de repente, casi mágicamente.

Lo que se trata es de que, a través del dialogo que se inicia, vayamos viendo qué pueden hacer ella o él, para cambiar. El terapeuta siempre estimula  para que la persona pase a la acción, para que huya de la autocompasión y para que, aceptando aquello que no puede cambiar, enfoque realmente toda su energía en aquello que sí puede cambiar y de esa manera lleve a cabo estrategias y ponga en marcha recursos para sentirse mejor.

Recursos que, en muchas ocasiones, la persona desconoce que tiene, porque, generalmente, en el momento de comenzar la terapia, uno se encuentra con la autoestima muy baja, con poca confianza en sí mismo y con pocas fuerzas para llevar a cabo cambio alguno. Todo se ve con un velo gris que hace que la desconfianza en uno mismo y la desesperanza, hagan difícil el día a día.

Será labor del terapeuta el que esa persona consiga reevaluar la situación en la que se encuentra, eliminar los pensamientos no realistas acerca de lo que está ocurriendo y, en muchas ocasiones, de lo que realmente es. El apoyo incondicional del terapeuta es condición “sine qua non” para que realmente la terapia tenga éxito.

El terapeuta no es un juez, ni emplea juicios morales; lo que hace es escuchar y ser compasivo, lo que nunca implica ser sentimental y sentir pena por la otra persona. Una cosa es tener compasión ante el sufrimiento ajeno y otra el sentimentalismo, tan banal y vacío que no conduce a nada.

Descubrir por qué determinadas conductas negativas llevan a que las personas las sigan repitiendo, a pesar de que les perjudiquen, será una de las cosas que a lo largo de la terapia habrá que intentar cambiar. Así como eliminar por completo los sentimientos de culpa, que resultan tan paralizadores que impiden avanzar. Una cosa es la responsabilidad y otra la culpa. 

Aceptación y respeto, son las normas básicas cuando una persona viene a pedirnos ayuda, ya que a partir de estas premisas, andar juntos el camino se convierte en una tarea tan gratificante como el enseñar a la persona que, la gran mayoría de nosotros, poseemos más recursos internos de los que creemos para proporcionarnos bienestar.


domingo, 28 de mayo de 2023

NO SE RINDA



Imagen: Pixabay

Cuando parezca que todo va mal y la vida se nos haga cuesta arriba, cuando los días nos resulten eternos y tengamos la sensación de que las cosas malas no dejan de sucedernos… párese a pensar y empiece a preguntarse si realmente es así, intentando:

. Tomar distancia y ver las cosas con perspectiva. Un evento negativo no tiene por qué empañar todo lo que hacemos y sentimos. Aceptar que es negativo y pensar en qué podemos hacer para, a pesar de eso, seguir adelante y encontrar gratificaciones, nos ayudará a seguir adelante.

. Perdónese sus errores. Sin duda, habrá cometido muchos y… ¡quién no! Esto que a veces decimos de manera trivial, hay que creérselo. La vida es un proceso de errores y aciertos, y esto será así hasta el final de nuestros días.

. No magnifique los errores, de tal manera que parezcan terribles condenas. Si se equivocó, rectifique. Condenarse solamente le paraliza.

. Cierre las heridas del pasado. Superar el pasado ayuda sin duda a encarar el presente de mejor manera. Todos superamos múltiples dificultades a lo largo de la vida. Valórese por eso, y no por las dificultades vividas.

. Ilusiónese con el día a día. Encuentre en cada día, lo mejor de él. Por pequeño que sea, cada momento del día debe ser un momento gratificante y de serenidad. Mire bien, porque a lo largo del día hay muchos momentos buenos.

. Sea generoso y agradecido. Con los que tiene cerca y quiere, pero también con aquellos que no muestran siempre su mejor cara.

. Recuerde que sonreír le hará sentirse mejor; así que hágalo con frecuencia y observe el bienestar que le produce.

. Tener una actitud positiva es fundamental para vivir mejor. Evite protestar
y quejarse; la queja paraliza y aleja a los que queremos. Exhale bienestar siendo positivo y alegre porque ese bienestar revierte también en usted.


domingo, 21 de mayo de 2023

CULPAS NO, SOLUCIONES


Cuando tenemos un problema, perdemos mucho tiempo, y el buen ánimo, intentando buscar culpables o generándonos sentimientos de culpa.

Esto nos provoca mucha frustración, nos paraliza y nos deja con una buena dosis de desgaste mental.

Tanto si empezamos a repasar mentalmente quién tiene la culpa de que tal problema se haya dado, como si nos culpamos nosotros mismos, hace que invirtamos un gran esfuerzo mental que notamos incluso físicamente porque con frecuencia la culpa se trasluce en dolores de cabeza, de estómago, ansiedad y, en ocasiones, descontrol de otras emociones como la ira.

Todo ello, además de hacernos sentir mal, nos paraliza e impide, por lo tanto, resolver y avanzar.

Les propongo que cuando tengan un problema concentren todo su esfuerzo en la solución del mismo, en vez de culpar a las demás.

Admita, en un ejercicio de reflexión consigo mismo, que ha podido cometer un error u otros han podido ser los causantes.

Pero, en lugar de enfadarse con el otro o consigo mismo, infravalorándose o mostrándose agresivo con el responsable del error, céntrese en pensar y en actuar, buscando la solución.

Después, ya puede reflexionar sobre qué debería volver a hacer, o no, o qué ha causado el problema para prevenir futuros inconvenientes o no volver a cometer los mismos errores.

Centrarse en la solución, en vez de culpar, hace que su motivación aumente.

También aumenta su creatividad y, en general, sensaciones de bienestar cuando trabajamos en grupo.

Acepte aquellas cosas que no puede cambiar y que no dependen de usted.

No pierda tiempo en lamentaciones acerca de lo injusto que es el mundo y lo desgraciado que se siente.

Céntrese en seguir adelante y, a pesar de los pesares, comprobará que siempre se sale adelante, que siempre se avanza y que la solución a aquello que tanto nos angustiaba viene cuando tomamos una postura activa con los demás y, sobre todo, con uno mismo, centrándonos en resolver, no en culpar. Pase a la acción, y olvídese de culpas y lamentaciones.



domingo, 14 de mayo de 2023

CONTROLAR EL MAÑANA

Imagen de kordula vahle en Pixabay


La angustia que tiene M. diariamente le bloquea y le produce una situación continua de ansiedad. Esa ansiedad, al mismo tiempo, le impide llevar sus rutinas diarias enfocándolas bien y sintiéndose seguro y tranquilo. Teme un problema que cree que llegará y eso le hace estar continuamente en alerta, y como está en alerta, se siente tenso, cansado, no duerme bien, frustrado, irritable y con mal carácter.

Es importante, en estos momentos inciertos, pero, en general, siempre, intentar aceptar que no podemos controlar lo que va pasar mañana y que debemos dedicar todo nuestro esfuerzo a intentar controlar lo que de verdad podemos controlar, que es el hoy, el día de hoy, el momento en el que estamos.

No podemos controlar el mañana. Debemos esforzarnos en el hoy y, de esa manera, la ansiedad desaparece.

Salimos así del círculo monotemático en el que nos sumimos cuando tenemos ansiedad, pensando en futuras desgracias o problemas que no sabemos si ocurrirán o no.

La angustia por controlar lo que pasará mañana nos quita la vida del hoy y nos sume en un caos interior de bloqueos y ansiedad permanente.

Aceptar que no podemos controlar cosas y que hay que adaptarse y vivir el día a día es importante para no caer en la ansiedad y en la desesperanza.


domingo, 7 de mayo de 2023

¿CÓMO PUEDO CAMBIAR?


Imagen: Pixabay

Cambiar es una tarea que requiere mucha convicción. No es un esfuerzo sobrehumano el que hay que hacer, pero sí exige perseverancia y motivación. Es frecuente que digamos: “Sé qué tengo que cambiar, pero no soy capaz de hacerlo”.

He aquí algunas pautas que son de utilidad en este empeño:

En primer lugar, limítese al cambio que depende única y exclusivamente de usted. Esto que puede parecer una perogrullada, no lo es. Con frecuencia queremos cambiar cosas, o que cambien personas, que no dependen de nosotros. Por lo tanto, tenga muy claro desde el principio que hay que limitar los esfuerzos a lo que depende de nosotros mismos, es decir, a nuestro propio comportamiento. Cambiar lo que no depende de nuestro propio comportamiento, es ilusorio y por lo tanto, imposible.

Concrete el objetivo de aquello que quiere cambiar. No se vaya por las ramas y no generalice. Póngase un objetivo concreto, accesible y comprensible, en términos de “yo voy a hacer”, y que dicho objetivo conduzca a la acción. No es lo mismo decirse “Me veo fatal” que “Voy a caminar todos los días media hora”. Lo segundo concreta un objetivo y, por lo tanto, una acción.

Apréndase una consigna de memoria para que ésta le recuerde en situaciones críticas qué es lo que tiene que hacer. Por ejemplo: “No dramatices”, “Párate a pensar”, “¿Dónde esta la prueba de lo que te estás diciendo y que tanto daño te está causando?”. Repetirse estas frases le ayudará a no dejarse llevar por la emoción y pararse a controlarla y racionalizarla.

Finalmente, recuerde que el cambio es un proceso constante, dinámico y que supone combinar perfectamente el vivir con lo que no se puede controlar y el actuar de otra manera para domeñar lo que sí es posible hacer. Es decir, aceptar que hay que vivir con lo que no depende de nosotros mismos y que hay que cambiar lo que sí está bajo nuestro control para seguir siempre adelante.


domingo, 30 de abril de 2023

ENAMORARSE Y MANTENERSE ENAMORADO

Imagen de Adriana Knop en Pixabay

Muchos son los libros escritos acerca del amor. Enamorarse es un sentimiento profundo que nos genera bienestar. La bioquímica del cerebro se pone en marcha y son muchos los factores que nos llevan a ver en el otro a la persona única, necesaria, sin la que parece que no vamos a poder vivir. Todo se queda en segundo plano y lo prioritario pasa a ser el otro.

Sin embargo, este sentimiento tan profundo y arrebatador que sentimos cuando nos enamoramos, en muchas ocasiones va perdiendo fuerza, e incluso desaparece, con el paso de los días, en la convivencia.

La persona a la que admirábamos y a la que considerábamos imprescindible para sentirnos felices, pierde importancia y aparecen las desavenencias y el desapego.

Del amor más profundo, podemos pasar al desamor más áspero y negativo. ¿Qué ha pasado?

Sobre el amor hay mucho escrito y muchos mitos que todavía siguen vigentes: desde el “contigo pan y cebolla”, hasta “el amor todo lo puede”, los mitos del amor romántico, etc.

Un excelente libro escrito por Aaron Beck ya es premonitorio en su título: Solo con el amor no basta (1993). Y así es.

Enamorarse es el punto de partida de un proyecto común que queremos llevar a cabo con una persona a la que consideramos valiosa y que está de acuerdo con nuestra manera de pensar, sentir y ser.

El amor duradero es aquel que nace de un enamoramiento primario firme y sosegado y que desde el principio se compromete a hacer feliz a la otra persona, a cuidarla y mimarla a pesar de las frustraciones, desasosiegos y fracasos que se sufren en la pareja y en la vida.

No es un amor dulzón y romántico (en el peor sentido del término) sino un amor basado en la realidad, pero firmemente enraizado en el compromiso, en que debe haber coherencia y apoyo mutuo, preocupación por el otro y por ir descubriéndolo a lo largo del tiempo compartido.

Equilibrar los sentimientos y la razón hace que nos mantengamos enamorados porque en un principio todo es sentimiento, emoción y pasión, pero mantenerse enamorado exige dosis de razón, de comprensión y de tenacidad.

Querer “querer” no es obligarse a estar con una persona, sino saber mantener vivo ese amor que un principio nos hizo sentir tan bien.

El amor se cuida en las cosas pequeñas, en los detalles, en el día a día, cediendo, valorando al otro a pesar de sus defectos, siendo respetuoso con el otro, amable, y comunicándose en todo momento.

Hay que hablar: de los dos, del paso de la vida, de los problemas… sabiendo que, estando en pareja, el equipo que se es tiene más posibilidades de salir adelante y que el apoyo incondicional al otro, a pesar de sus defectos o de los desacuerdos, proporciona las fuerzas para seguir adelante y es la savia mágica que alimenta el amor.


domingo, 23 de abril de 2023

ALGUNOS CONSEJOS BREVES PARA LA VIDA EN PAREJA

Imagen: Pixabay

Compartir la vida con alguien, y que la convivencia sea buena, no es tarea fácil.

Lo que en un principio era fantástico, conocer al otro, pasar tiempo con él/ella, hablar e ir descubriéndose, se convierte en no pocas ocasiones en monotonía y muchas veces en intercambio casi diario de reproches, de culpas y de convivencia llena de amargura.

¿Qué pasa para que, si en los primeros momentos cada minuto parece insuficiente para pasar con el otro, luego, sin embargo, se convierte en una agonía?

Dicen que la rutina parece que convierte la relación en tediosa, pero no tiene por qué ser así.

Lo que realmente ocurre es que nos olvidamos del otro, dejamos de intercambiar momentos y conductas gratificantes, hacemos del otro un enemigo en lugar de verlo como un compañero de vida… en fin, que en el camino del día a día vamos perdiendo ese amor que en los primeros momentos de la relación parecía indestructible y eterno.

Por eso es importante:

- No olvidarse que el amor hay que trabajarlo con muchos comentarios y detalles, pequeños, pero positivos. Cuidar al otro e intercambiar conductas gratificantes, que sabemos agradan al otro, hacen que el amor no caduque.

- Escuchar al otro e intentar ayudarle, evitando comentarios despectivos o burlas que agrandan más la distancia emocional. Debemos sabernos aliados y formar un equipo frente a las adversidades o problemas. Ahí reside la idea de saber que contamos con el otro al cien por cien.

- No sacar la lista de agravios del pasado. El reproche produce malestar y aleja a la pareja. Controlar lo que decimos es fundamental. Las palabras a veces no se las lleva el viento y quedan clavadas en nuestro corazón, causando una serie de heridas difíciles de curar.

- Enzarzarse en peleas o discusiones innecesarias no conduce a nada y por lo tanto es mejor evitarlas. En ocasiones es mejor no tener la razón, pero sentirse bien. Usted elije.

- Saber dialogar con respeto y teniendo en cuenta al otro, el momento en que se encuentra. Insistir lleva a la crispación en muchas ocasiones. Es mejor callar y abordar el tema en otro momento de más serenidad.

- Recordar que el amor verdadero exige voluntad. La determinación de que el amor hay que trabajarlo, con compromiso e inteligencia. Y con bondad. No hay que descuidarlo, y solamente así dura.



domingo, 16 de abril de 2023

LA VIDA ME ATROPELLA...


Imagen de <a href="https://pixabay.com/es/users/martynz-2169007/?utm_source=link-attribution&utm_medium=referral&utm_campaign=image&utm_content=1239727">Martyn Cook</a> en <a href="https://pixabay.com/es//?utm_source=link-attribution&utm_medium=referral&utm_campaign=image&utm_content=1239727">Pixabay</a>

Fuente de la imagen: Pixabay

"La vida me atropella", me decía un paciente hace unos días… y pienso que tiene razón; en ocasiones, parece que la vida nos atropella. Pasa sobre nosotros como una apisonadora y hace difícil seguir adelante. Los días se vuelven rutinarios y grises y parece que la tristeza invade nuestro corazón.

Todo deja de tener sentido. ¿Para qué? Luchar tanto, intentarlo… para que vayan pasando los días y veamos que algunas personas nos decepcionan, otras nos hacen daño, aquellos en los que confiábamos, de repente nos traicionan… se hace difícil seguir y, mientras tanto, la vida sigue, con su ritmo rápido y casi no tenemos fuerzas para coger aliento, para pararnos a pensar en qué está pasando, en por qué nos ha pasado algo en lo que parece que nosotros no hemos tomado parte alguna y los acontecimientos se nos escapan entre las manos como si nosotros no tomáramos parte en ellos y viviéramos sin poder de decisión.

La vida nos atropella muchas veces..., pero es necesario mantener la esperanza. La esperanza en uno mismo. En que uno es capaz de parar y de que, aunque no entienda la razones de los otros para tratarnos como lo han hecho, tengamos la certeza profunda de que a pesar de las decepciones de las traiciones y los desengaños, nos tenemos a nosotros mismos. Triste consuelo me dice mi paciente…pero yo creo que no es así.

Porque siendo conscientes de que somos los dueños de nuestra vida a través de nuestros pensamientos, podemos hacer que ésta sea finalmente lo que queremos que sea. Centrarse en uno mismo es el gran poder que tenemos como seres humanos. Determinar qué actitud tendremos ante lo que nos sucede, recuperar el ritmo que queramos dar a nuestra vida. Recuperamos la brújula que apuntará al norte que queramos, porque somos nosotros los que decidiremos en última estancia seguir adelante.

Suelo comentar en mi consulta que la vida a veces nos atropella, pero, como seres humanos tenemos la obligación de parar, reconducir, pensar bien y seguir.

Fijarnos en lo que tenemos y no en lo que nos falta. Fijarnos no en las traiciones, sino en la gente buena que tenemos cerca, a la que conocemos y también a aquellos que no, y que son capaces de sonreír, saludar, decir un buenos días y ser amables.

Le digo a mi paciente que tiene que hacer el esfuerzo. Claro que sí, nadie lo consigue sin esfuerzo, pero la recompensa siempre es sentirse bien. Plenamente consciente de que la vida es algo valioso y que mientras vivamos hay que vivirla con plenitud. Aquella plenitud que cada uno daremos a nuestra vida según lo que decidamos y queramos. Aquella plenitud que no dependerá de los otros, ni de la suerte o del azar, sino de la conciencia clara de que para ser feliz hay que proponérselo y no dejarse abatir. Porque la vida siempre es un regalo que hay que estar dispuesto a dar y recibir.



domingo, 26 de marzo de 2023

Autodisciplina


Imagen: Pixabay

No pocas veces entendemos la palabra disciplina en un sentido peyorativo, asociada en nuestra mente a castigos físicos propios de otras épocas o a una rigidez excesiva. Sin embargo, tiene una acepción mucho más amplia y positiva en cuanto a que puede indicar la fuerza de voluntad que tiene el ser humano para enfrentarse a adversidades o situaciones difíciles, y superarlas.

La disciplina, además, conduce, la mayoría de las veces, a crear hábitos que nos ordenan y nos conducen mejor por la vida. Ante las incertidumbres que nos acechan cotidianamente, le recomiendo que recuerde estos consejos y se ejercite en la autodisciplina, llevándolos a cabo:

Deje de dar vueltas al pasado, renuncie a rememorarlo en demasía y no se agarre a él. El pasado ya pasó, y lo único que consigue de esa manera es torturarse porque, generalmente, rememoramos situaciones dolorosas o acontecimientos que nos hirieron. Cierre la puerta mentalmente al pasado para siempre. El pasado esta ahí, pero si invierte su energía en el presente, le irá mucho mejor. Recuerde que es en realidad el presente lo que tenemos, así que abandone el pasado y mire hacia delante.

Ya sabemos que la vida no es justa y tampoco fácil, así que tenga pensamientos positivos acerca de lo que va a hacer y a pensar ahora, aceptando la realidad tal y como es y no desgastándose empeñándose en cambiarla cuando esto no es posible.

Concentre toda su energía en buscar soluciones y en tomar decisiones ante las situaciones que se le presentan en este momento; piense en muchas soluciones, incluso aunque le parezcan absurdas, y luego vaya reflexionando hasta conseguir la mejor de todas ellas.

Dése buenos ratos y proporciónese placeres que le hagan disfrutar de la vida: por ejemplo, quede con un buen amigo, lea un buen libro, pasee, haga ejercicio con regularidad.

Despréndase del rencor y de los errores cometidos en el pasado y mire hacia delante. Abandone inmediatamente la autocompasión o la mentalidad de víctima, es tremendamente negativo para su bienestar, y le paraliza.

No es verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor. Realmente, lo bueno está por llegar y esa esperanza de vivir un nuevo día, con todo lo que tiene, es lo que nos tiene que motivar para seguir adelante con nuestra vida.

Recuerde que nuestros días están contados, así que no desperdicie ninguno y viva cada momento con la mejor actitud.



domingo, 19 de marzo de 2023

CONSCIENCIA



Imagen: Pixabay

Si usted suele responder a las adversidades cotidianas poniéndose tenso e iracundo, haciendo que sus pensamientos vayan teniendo un efecto bola de nieve, acabará por crearse un hábito en su mente que le hará reaccionar así siempre.

Lo que más practica mentalmente es lo que acaba convirtiéndose en una respuesta casi automática de la que apenas uno es consciente, y lo que es peor, se cree que dicha respuesta es imposible de cambiar.
De esa manera, muchas veces oímos a personas decir que “son así y no pueden cambiar” como si de algo permanente en su vida se tratase.

No se dan cuenta de que funcionamos con hábitos, también de pensamientos, y que éstos se van arraigando en nuestra mente cuanto más pensamos de esa manera, sin decidirnos a detenernos en esa línea de pensamiento.

Por ejemplo, insistir en tener la razón y enfadarse intentando convertir al contrario, genera mucha frustración y un estado de tensión y ansiedad interna nada recomendable. Sin embargo es una actitud que repetimos, como si en esa discusión nos fuera la vida en ello.

Resulta muy útil adquirir consciencia de los hábitos de pensamiento que tenemos.

¿Y si en vez de mostrarse iracundo y enfadado intenta pensar de otra manera, desdramatizando el problema que se le presenta e intentado solucionarlo, sin pasarlo mal?

¿Y si en vez de enfadarse con tal o cual persona, intenta mostrar compasión o, por lo menos, aceptar que él o ella tiene derecho a actuar o a hacer como ella o él cree?

Decida cómo pasar sus días: si enredándose en bolas de nieve cognitivas en las que todo se convierte en una lucha y afrenta constante, o si prefiere tener unos pensamientos y actitudes mucho más serenas, aceptando lo que no puede cambiar, pero siendo consciente de que lo que siempre, siempre, depende de usted es la actitud que tomará ante los hechos que se presenten en su vida.

Esa actitud le hará sentirse más o menos feliz. Por lo tanto, se trata de escoger bien.


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