Dentro de pocos días llegaremos al final del año.
Otro año más que ha pasado, con dudas y desesperanzas, con errores cometidos… pero también con aciertos, alegrías, momentos agradables… y así va pasando la vida, mi vida, la suya. La de cada uno de nosotros.
Por eso y por todo lo que vendrá, debemos pensar que:
- La vida cierra unas puertas, pero abre otras. Siempre. Hay que estar atento para que, aquellas puertas que abre, seamos capaces de atravesarlas.
- No nos olvidemos de los que están solos, ancianos, y ven acercarse el último tramo de su vida. Prestémosles la atención y démosles el cariño, y la paciencia, que merecen.
- Elija para el nuevo año practicar mentalmente la paz. Cambiando aquello que no nos atrevemos a cambiar y venciendo el miedo y las resistencias a probar cosas nuevas y a mostrar hacia el otro compasión y buen trato.
- Hay que ser conscientes de que, como pasemos cada día, así será en realidad nuestra vida.
Así que hay que insistir con uno mismo para tener una buena jornada.
- Es bueno que elija una palabra que le dé paz y acordarse de ella a lo largo del día. Para mí, la palabra es serenidad, porque representa esa paz interior que también se transmite hacia fuera.
- Hay que alejarse de las personas toxicas y egoístas. Apártelas de su camino.
- Debemos aceptar lo que no nos gusta: las críticas, los errores y los fallos. Pero sin culparnos, sino entendiendo que la vida es un proceso de aprendizaje y que las personas estamos continuamente en progresión.
- Debemos ser agradecidos, a la vida, a las personas que nos quieren y nos lo demuestran.
- Tenemos que recordar, como dice un proverbio árabe, que "lo pasado, ha huido; lo que esperas, está ausente; y solamente el presente es tuyo”. Y por lo tanto, hay que vivirlo.
Feliz Navidad